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Desde que Morena asumió el poder en 2018, México ha sido testigo de una profunda transformación. Sin embargo, esa “Cuarta Transformación” prometida ha quedado corta frente a la realidad: un país más dividido, con mayor presencia del crimen organizado, instituciones debilitadas y una estrategia de gobierno basada en regalar dinero en lugar de construir soluciones duraderas.

  1. Narco y gobierno: la línea cada vez más borrosa

El “Culiacanazo” marcó un antes y un después: el gobierno liberó a Ovidio Guzmán por miedo a la violencia del narco. Desde entonces, la política de “abrazos, no balazos” ha permitido que cárteles como el CJNG se expandan con impunidad. Hoy, muchas comunidades viven bajo el control de grupos criminales, mientras el gobierno federal guarda silencio o minimiza los hechos.

  1. Corrupción dentro de Morena

Morena prometió acabar con la corrupción, pero varios de sus miembros han demostrado lo contrario:

Pío López Obrador, hermano del presidente, grabado recibiendo dinero en efectivo.
Rocío Nahle, señalada por irregularidades millonarias en la construcción de Dos Bocas.
Carlos Lomelí, acusado de beneficiarse con contratos públicos desde su puesto.
Delegados de Bienestar, vinculados a desvíos de recursos en distintos estados.

Estos casos no han tenido consecuencias reales, y los señalados siguen protegidos políticamente.

  1. Los hijos de AMLO: privilegios y contratos opacos

Los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador también han sido objeto de controversia:

José Ramón López Beltrán vivió en una lujosa residencia en Houston, propiedad de un ejecutivo de Baker Hughes, empresa contratista de Pemex, lo que generó sospechas de conflicto de interés.
Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán han sido señalados por presunto tráfico de influencias y beneficios a amigos en contratos gubernamentales, particularmente en proyectos como la refinería de Dos Bocas y el malecón de Villahermosa. Ambos han negado las acusaciones, calificándolas de campañas de difamación.

  1. Escándalo en Baja California: la visa revocada de la gobernadora

La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, enfrenta una crisis política tras la cancelación de su visa estadounidense, así como la de su esposo Carlos Torres. La presidenta Claudia Sheinbaum ha salido en su defensa, asegurando que Ávila no posee cuentas bancarias en el extranjero, como han sugerido algunos medios. La embajada de EE. UU. en México ha afirmado que el caso es de carácter confidencial y se trata de un asunto personal. No obstante, el Partido Acción Nacional (PAN) ha exigido claridad sobre los motivos, insinuando posibles vínculos con el contrabando de combustible (“huachicol fiscal”) y presunto lavado de dinero por parte de allegados de Ávila. En medio del escándalo, se ha revelado que la gobernadora posee una propiedad en San Diego y que sus hijos nacieron en California. Ávila ha negado categóricamente tener cuentas en EE. UU. y ha calificado la revocación de la visa como un tema netamente administrativo, sin base legal o penal. El momento ha escalado generando consecuencias políticas para su administración y la del gobierno federal .

  1. Sinaloa: entre el narco y la política

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, está bajo escrutinio por presuntos vínculos con el narcotráfico, especialmente en medio de la creciente presión de EE. UU. sobre México para combatir el tráfico de drogas. Las acusaciones se intensificaron después de que una guerra territorial se intensificara en Sinaloa, lo que provocó la indignación pública tras incidentes violentos. Rocha niega cualquier implicación con los cárteles, aunque un destacado líder del cártel, Ismael Zambada, alegó que fue secuestrado mientras mediaba en una disputa entre Rocha y un político que apareció muerto el mismo día. Las afirmaciones de Zambada contradijeron las investigaciones locales, lo que llevó a las autoridades federales a intervenir, aunque el progreso se ha estancado debido a la resistencia judicial. Funcionarios estadounidenses y la sociedad civil mexicana están cada vez más preocupados por la infiltración del cártel en el gobierno .

Una reflexión para quienes aún creen que “estamos mejor que antes”

Este artículo no busca atacar, sino invitar a reflexionar. Si apoyas a Morena, pregúntate:

¿Es justo recibir un apoyo económico mientras los hospitales no tienen medicamentos?
¿Está bien defender a un político solo porque “es de los nuestros” aunque sea corrupto?
¿Queremos un México donde el miedo al narco determine nuestras elecciones y no la ley?

No se trata de partidos, se trata de México. Aún estamos a tiempo de exigir un gobierno que trabaje por todos, no solo por los que votan por él. Un gobierno que dé resultados, no excusas. Que construya, no que regale.

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