El Gobierno de México ha puesto atención en el tráfico de rifles tipo Barrett calibre .50, utilizados por grupos criminales en el país, que, según informes, “han causado un grave impacto en la seguridad en México”.
Estas armas están dentro del marco del acuerdo de colaboración en materia de seguridad entre México y Estados Unidos, y se han presentado como preocupación las incautaciones, siendo el calibre .50 el que más inquieta.
Se ha registrado un incremento en el respeto por las armas aseguradas, pasando del 0.1% en 2011 a un 3% en 2020, es decir, un aumento de 30 veces.
Un documental que abarca la situación con estos rifles indica que “519 de ellos fueron fabricados por la empresa Barrett”, lo que evidencia su relevancia en el mercado ilegal.
El texto resalta que de los 831 rifles decomisados, 519 provienen de la empresa Barrett, que en 2021 fue demandada por el Gobierno de México por su supuesta participación en la facilitación del tráfico de armas.
Los rifles de estilo Barrett se han vuelto preferidos en el narcotráfico. Ninguna de estas armas se fabrica en México; la mayoría proviene de fábricas en Arizona y Texas.
Como parte de la colaboración binacional con Estados Unidos, el rastreo de armas en México ha crecido un 63%, con Texas, Arizona y California como los principales estados de origen de estas armas.