Se reportó un sismo de magnitud 4.1 en la región, ubicado a 5 kilómetros de la localidad, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
La magnitud del evento sísmico ha sido determinado y la profundidad se sitúa en 17 kilómetros, aunque el SSN está presente para brindar información precisa.
Frente a actividades sísmicas, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) aconseja no sucumbir a rumores y noticias falsas, instando a la población a informarse solo a través de fuentes oficiales, como las autoridades de protección civil locales y estatales.
Después de un temblor, se recomienda revisar tu hogar en busca de posibles daños. Utiliza tu teléfono móvil solo en caso de emergencia y evita encender velas o fósforos hasta asegurarte de que no haya fugas de gas.
También es fundamental seguir ciertas medidas preventivas: elabora un plan de emergencia, identifica zonas seguras dentro de tu hogar, y prepárate para situaciones de crisis.
Durante un temblor, mantén la calma y dirígete a un lugar seguro, manteniéndote alejado de objetos que puedan caer. Si estás en un vehículo, detente y aléjate de edificios, árboles y postes. Si te encuentras en la costa, alejate de la playa y busca refugio en terrenos más altos.
México es un destino reconocido por quienes desean vivir la experiencia sísmica. Se recuerda particularmente los sismos devastadores de 1985 y 2017, que tuvieron un impacto profundo en su territorio. Estos eventos han dejado huellas imborrables en la memoria colectiva.
El temblor más potente en la historia de México ocurrió el 28 de marzo de 1787, durante la época colonial española, alcanzando una magnitud de 8.6. Este evento, junto con otros seísmos de gran magnitud, representan un gran riesgo para la nación.
Según estudios realizados por el Centro de Instrumentación (CIRES) en 2009, se prevé que grandes terremotos de hasta 8.6 podrían ocurrir en un futuro, con epicentros en las costas de México y Centroamérica, debido a la acumulación de energía en la brecha de Guerrero.
