El asesinato de Astrid Cruz, de 37 años, y su hijo Fernando, de 16, ha generado gran consternación en Jalisco y en todo México. Este crimen, perpetrado por Eduardo “n”, un individuo con antecedentes de feminicidio, ha conmovido a la opinión pública, mientras él permanece prófugo.
Las autoridades han confirmado que Eduardo “n” había sido previamente condenado por feminicidio en 2015, y que su primera víctima fue golpeada con un martillo en 2004. Este mismo patrón de violencia ha levantado alarmas sobre su peligrosidad.
Días antes del ataque, Astrid recibió mensajes amenazantes de Eduardo “n”. En uno de ellos, mencionó que iba a “destruir ese chip”, refiriéndose a ella y a sus hijos, lo que hizo que amigos de Astrid comenzaran a preocuparse por su seguridad.

Fue el pasado lunes cuando Astrid y sus dos hijos fueron atacados en su propia casa, ubicada en el fraccionamiento Capital Norte, en Zapopan, Jalisco. Según la Fiscalía del Estado (FGE), el agresor ingresó al domicilio y cometió atrocidades contra ellos.
La hija menor, de 10 años, también sufrió graves heridas y se encuentra en estado crítico. Las amigas de Astrid notaron que algo andaba mal cuando recibieron mensajes extraños desde su celular, lo que las llevó a acudir a su casa, donde encontraron los cuerpos con signos de violencia.
Desde que se estableció el caso como feminicidio, la familia de Astrid y colectivos feministas han exigido justicia. Tras el crimen, Eduardo “n” se dio a la fuga, y las autoridades han recibido informes de posibles avistamientos en México o Culiacán. El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, subrayó la gravedad de la situación y la necesidad de capturar al sospechoso.

Este caso ha generado indignación y protestas, especialmente en Jalisco, donde organizaciones feministas han denunciado la falta de justicia y el incremento del feminicidio. Colectivos han convocado a una marcha el próximo 8 de marzo en el marco del Día Internacional de la Mujer para exigir justicia por Astrid, Fernando y todas las víctimas de feminicidio en México.