En México, un registro reciente indica que 1,790 personas viven en la provincia que tiene una antigüedad aproximada de 1,790 años. Además, se reporta que el crecimiento de esta población ha alcanzado un sorprendente 99%. Este incremento se plasmó en un informe elaborado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) en conjunto con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en un esfuerzo trilateral que involucra a México, Estados Unidos y Canadá, países que forman parte de la ruta migratoria de casi 4,000 kilómetros de la Mariposa Monarca.
De acuerdo con la CONANP, se han registrado ocho colonias de mariposas monarcas en distintas ubicaciones. La colonia más grande abarca 0.99 hectáreas en El Rosario, Michoacán, mientras que la más pequeña tiene solo 0.002 hectáreas y se encuentra en San Andrés, en el santuario de Los Azufres. Otra colonia, ubicada en el Estado de México, cerca del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl, cuenta con 0.09 hectáreas.
Según Gloria Tavera Alonso, directora de la CONANP, el monitoreo de estas colonias es fundamental para comprender el impacto del cambio climático. Explicó que las condiciones actuales de los santuarios son preocupantes, ya que la reducción de las colonias ha sido notable, con un decremento del 33% en los últimos reportes.
Jorge Ricarte, director de la WWF en México, enfatizó la importancia de realizar un seguimiento continuo en las comunidades locales que delimitan estas áreas, para asegurar la salud de los santuarios que albergan a las mariposas. También destacó la necesidad de unir esfuerzos entre diversas partes interesadas a lo largo de la trayectoria migratoria de la Monarca.
La Mariposa Monarca es un símbolo de la identidad mexicana y su conservación es vital. Las acciones de preservación tienen que basarse en el trabajo colectivo y el compromiso de todos los involucrados.

La preservación de estos ecosistemas es esencial, y su impacto va más allá de la biodiversidad, tocando aspectos sociales y culturales de gran importancia. Durante una conferencia reciente, se recordó a los defensores ambientales, como Gómez y el ambientalista Cristino Castro, ambos víctimas de la violencia, lo que resalta la necesidad de seguir luchando por la protección de la Mariposa Monarca y su hábitat.
De este modo, se espera que las medidas adoptadas promuevan un futuro más sostenible y justo para las comunidades que dependen de este hermoso insecto migratorio y que son parte fundamental de su conservación.