Tras más de 50.000 muertes, en su mayoría de niños y mujeres, un bloqueo que ha perdurado más de dos meses ha llevado a 14.000 bebés casi a la muerte. Esto según la ONU, además de la devastación casi total de las infraestructuras y viviendas en Gaza, ha llevado a los aliados de Israel a perder la paciencia.
Reino Unido, Canadá y Francia han advertido sobre “tomar represalias” contra Israel si el gobierno de Benjamin Netanyahu prosigue con la intensificación de la ofensiva que ha causado cientos de muertes recientemente.
Israel comenzó la semana pasada bombardeos aéreos sobre infraestructuras, viviendas, hospitales y escuelas, seguido de una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, donde se ha movilizado una gran cantidad de soldados en busca de la captura permanente de territorio palestino.
El primer ministro Netanyahu afirmó que están llevando a cabo combates intensos y que el objetivo es tomar control de todas las áreas de la Franja. La operación, denominada “Carros de Gedeón,” busca erradicar a Hamás y recuperar a los 58 rehenes en su poder.
Netanyahu también aceptó que una de las consecuencias de esta operación será la expulsión de los palestinos. Expresó que están destruyendo cada vez más hogares, lo que dejará a los gazatíes sin un lugar al cual regresar, aumentando su impulso de emigrar.
Francia, Canadá y Reino Unido no dieron detalles sobre sus posibles represalias, pero en un comunicado conjunto desestiman las afirmaciones de Netanyahu y piden un alto el fuego, considerando “intolerable” el sufrimiento humano en Gaza.
Desde París, Ottawa y Londres se reconoce que, tras el “atroz ataque” del 7 de octubre, Israel tenía derecho a defenderse. Sin embargo, catalogaron la actual escalada como “totalmente desproporcionada,” reflejando una creciente frustración política por la crisis humanitaria actual.