Polpablo Francis Coqueza da Garza*
El contenido contextual del mundo es un aspecto fundamental, y la organización juega un papel crucial. En este sentido, la importancia de México en la región es notable.
Es ampliamente reconocido por su trabajo, destacándose como uno de los más influyentes de su país. Desde 2019, la expansión de su superficie ha superado los 10 millones de metros cuadrados, convirtiéndose así en un protagonista en el ámbito nacional, y esa tendencia sigue en ascenso.
Un dato significativo es que, en los últimos años, la logística ha representado aproximadamente una cuarta parte de los espacios industriales arrendados, subarrendados o vendidos en el país, lo que marca un aumento considerable en comparación con los cinco puntos que se registraron anteriormente.
Una clave importante para el éxito es el tratado T-MEC, que proporciona un entorno favorable para las operaciones comerciales. No obstante, las tarifas arancelarias siguen afectando la manufactura e integración de operaciones en el sector industrial del país.
Sin embargo, el desarrollo logístico de México enfrenta varios obstáculos. La incertidumbre respecto a la política de Estados Unidos podría influir en decisiones de inversión, mientras que las deficiencias en infraestructura—especialmente en carreteras, ferrocarriles, aduanas y puertos—limitan la capacidad del país para posicionarse como el hub logístico más competitivo de América del Norte. México necesita una estrategia a largo plazo que abarque inversión pública y privada, modernización tecnológica y una visión clara.
Te invito a revisar mi columna anterior para más detalles sobre estos temas y sus implicaciones en el contexto actual.
*Pablo Francisco Quezada Garza, docente e investigador del Tec de Monterrey, especializado en datos.
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