En el contexto del 40 Aniversario del Sismo de 1985, se llevará a cabo El Primer Simulacro 2025 el próximo 29 de abril.
Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, explicó en una conferencia de prensa que este ejercicio tiene como objetivo reforzar los planes de emergencia, así como la coordinación en la atención y respuesta de los diferentes niveles de gobierno, además de identificar zonas vulnerables y necesidades urgentes.
En la Ciudad de México, se activará un despliegue de helicópteros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), se realizará el monitoreo a través de las cámaras del C5 y se llevarán a cabo recorridos territoriales para evaluar la situación de vulnerabilidad. La primera respuesta será proporcionada en el centro de rescatistas, con énfasis en el área de Reforma 222.
Cabe destacar que durante el simulacro de septiembre de 2024 se reportaron algunas fallas en el sistema, lo que ha llevado a implementar mejoras que se evaluarán durante el próximo simulacro.
Hipótesis del Simulacro
El escenario planteado para este simulacro simula un temblor de magnitud 8.1 con epicentro en el Golfo de Tehuantepec, a 40.1 kilómetros de profundidad. Según esta hipótesis, el movimiento telúrico sería muy fuerte, afectando a viviendas e instalaciones estratégicas y edificios.
Ante este escenario, se activará el Protocolo del Plan de Emergencia Sísmica en la capital, que contempla una estructura de seis niveles de atención, y será encabezada por la jefa de gobierno, quien coordinará las labores de auxilio.
Protocolo y Recomendaciones
Algunas de las acciones que se deberán seguir durante el simulacro son:
– Interrumpir cualquier actividad que ponga en riesgo la seguridad de las personas y facilitar el flujo hacia las zonas de seguridad.
– Replegarse hacia las áreas de seguridad previamente identificadas.
– Mantener el orden, evitando correr, empujar o gritar.
– Llegar al punto de reunión acordado y verificar que ninguna persona falte.
– Evaluar los resultados y, en caso necesario, ajustar los procedimientos para mejorar el tiempo de respuesta.