Donald Trump ha acusado a México de vulnerar el Tratado de Aguas de 1944, una situación que ha generado tensiones entre ambos países. Este conflicto también ha sido abordado por Juliober de Gué Sacristan y Christopher Landau.
El propósito principal de la reciente reunión fue fortalecer el compromiso de México para cumplir con los términos del tratado de aguas, que establece un volumen específico de agua que el país debe entregar a EE. UU. La convocatoria fue llevada a cabo por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien también contó con la participación del canciller Juan Ramón de la Fuente.
Los programas implementados son supervisados por el gobierno, y se busca que ambas naciones colaboren en beneficio mutuo. Durante esta reunión, Sheinbaum reafirmó la disposición de México para entregar los recursos hídricos acordados, en respuesta a las amenazas comerciales de Trump por un posible incumplimiento.
En una conferencia matutina, la presidenta destacó que, en cumplimiento del tratado, se proporcionará agua del Río Bravo hacia EE. UU. Esto se convierte en un tema crítico, considerando las presiones ejercidas por legisladores texanos en esta materia.
Se menciona que el tratado obliga a México a entregar aproximadamente 2 mil 160 millones de metros cúbicos de agua, haciéndose eco de la realidad del agua en épocas de sequía. Este compromiso es vital para mantener el equilibrio y las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Julio Berdegué, representante de la FAO, ha resaltado en redes sociales la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación y diálogo para abordar este problema hídrico que afecta a ambos países.
Finalmente, es crucial recordar que la diplomacia hídrica sigue siendo esencial para salvaguardar las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, resaltando la importancia del agua como un recurso compartido y la necesidad de un enfoque colaborativo para su gestión.