El gusano barrenador representa una amenaza para el ganado debido a que sus larvas invaden los tejidos de los animales.
México y Estados Unidos han decidido invertir 21 millones de dólares en la reactivación de una planta en Chiapas que producirá moscas estériles, con el objetivo de combatir al gusano barrenador, una plaga que afecta al ganado y a diversas especies, según informan expertos en sanidad animal.
De acuerdo con la Agencia Reforma, se espera que la planta esté operativa y que se liberen los insectos en aproximadamente un año, según lo indicado por Octavio Carranza, exrepresentante de México ante la OIRSA.
El gusano barrenador es una plaga que pone en peligro al ganado, ya que sus larvas se introducen en los tejidos de los animales. Para combatirla, se liberan moscas estériles que, al reproducirse con las moscas salvajes, evitan su procreación.

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La producción de estas moscas implica la irradiación de pupas con rayos gamma para prevenir su reproducción. Este método ya se utiliza en Panamá, donde una planta del USDA actualmente abastece a toda Centroamérica y México, aunque su capacidad es insuficiente para afrontar la emergencia actual.
Condiciones necesarias para la planta en Chiapas
La planta en Chiapas, que cerró hace casi 30 años, ya está edificada, pero requiere adecuaciones físicas, actualización de equipos y la integración de un sistema completo para el control de la producción y liberación de los insectos.
El proceso demandará tiempo; primero se deben completar las adecuaciones físicas y luego seguir con los trámites correspondientes”, explicó Carranza.
El especialista explicó que todo el proceso podría consumir hasta un año.

Carranza detalló que el proceso implica:
- Obtener las cepas adecuadas de mosca.
- Criar las moscas en la planta hasta alcanzar larvas y pupas.
- Irradiar las pupas para evitar su reproducción.
- Coordinar un plan de liberación controlada por zonas.
Urgencia en la reactivación de la planta
Según Carranza, la planta en Panamá ya no puede satisfacer la demanda regional. Por tanto, es crucial tener otra unidad operativa que ayude a controlar la propagación de la plaga.
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La planta, que ya está operativa, será funcional a mediano plazo; se estima que en uno o dos años estará completamente operativa”, destacó el especialista.
Impacto esperado en la ganadería regional
Una vez que comience a funcionar, la planta tendrá la capacidad de producir hasta 100 millones de insectos estériles por semana. Esta producción será fundamental para disminuir la reproducción del gusano barrenador y salvaguardar al ganado en las áreas afectadas.
Además, se prevé que con la producción local de los insectos se reduzca la dependencia de la planta en Panamá, lo que permitirá una respuesta más rápida y efectiva ante brotes de la plaga en el país.