El viernes 11 de abril de 2025, cientos de personas se congregaron ante las puertas del Instituto de Patología Forense en Santo Domingo. Se entregaron los cuerpos de las víctimas del incidente ocurrido en el club nocturno Jet Set, lo que generó una gran indignación entre los asistentes.
En numerosos casos, el evento de entretenimiento se tornó en tragedia. Luego de recibir las peores noticias, los familiares se prepararon para llevarse los cuerpos, velar a sus seres queridos y brindarles un digno sepulcro.
En la madrugada del martes anterior, un colapso en el establecimiento dejó un saldo de 221 personas fallecidas y 189 heridas. Muchos se dirigieron a los hospitales cercanos en busca de información sobre sus familiares mientras esperaban el desarrollo de las autopsias. En una pantalla se mostraban los nombres de las víctimas cuyos cuerpos ya podían ser identificados.
“Es desesperante que pidan refuerzos si no pueden realizar todas las pruebas forenses”, expresó Yunis García, cuya hermano trabajaba como agente de seguridad en el Jet Set. Su cuerpo fue encontrado el jueves de madrugada, pero hasta el momento no se le había realizado la autopsia.
García agregó que desde una semana antes de la tragedia se observaban escombros y polvo en el área de trabajo, lo que hacía presagiar un desastre, ya que la situación se mantenía crítica durante al menos un par de meses.
Desesperación y responsabilidad
Los equipos de rescate han trabajado incansablemente, y se espera que hoy continúen con la recuperación de cuerpos. Sin embargo, la cantidad de víctimas es abrumadora y la espera se vuelve cada vez más desesperante, evidenciando señales de agotamiento en los socorristas.
Algunos familiares, como Saúl Rodríguez, quien aguarda por el cadáver de su cuñado desde el primer día, describen la situación como un “caos” y exigen respuestas sobre el avance de las pruebas. Otros, visiblemente desalentados, se quejan de la falta de atención a sus peticiones.
Movimiento de carritos fúnebres
El ir y venir de carrozas fúnebres se ha vuelto cotidiano en las calles aledañas. La situación es dramática no solo para las familias afectadas, sino también para los militares y funcionarios que brindan auxilio en la zona, quienes expresan estar igualmente doloridos por lo ocurrido.
Además del trabajo de las autoridades, voluntarios, psicólogos y médicos han ofrecido su apoyo a las víctimas. La Junta Central Electoral también ha participado en la operación para ayudar a gestionar la situación caótica que enfrenta la isla.
Las comunicaciones de la oficina forense y los tiempos de espera son temas de preocupación general entre la población afectada, que sigue demandando eficiencia en el proceso de identificación y entrega de cuerpos.
JC (EFE, AP, Listín Diario, CDN 37)