La moneda mexicana se posiciona como una de las diez divisas más comerciadas en el mercado de divisas a nivel internacional, destacándose en América Latina y como la tercera a nivel global. Su relevancia es notable no solo en el ámbito nacional, sino también en la creación de acuerdos económicos.
La tasa de cambio indica el valor de una moneda en relación a otra, facilitando transacciones dentro de los organismos financieros, además de permitir la transferencia de fondos de manera eficaz. Este aspecto es clave en el contexto del Tratado Comercial T-MEC, que continúa influyendo en las dinámicas económicas de las ciudades involucradas.
Recientemente, la cotización promedio del peso mexicano se situó en 14.4950 por dólar canadiense, reflejando un descenso en comparación con la jornada anterior, donde el tipo de cambio alcanzó los 14.3542 pesos por dólar. Estas fluctuaciones del mercado son resultado de diversos factores económicos y políticos.
De acuerdo con informes de Investing, el rango de cambio para el peso mexicano fluctúa entre 11.9698 y 14.9402 por dólar, representando una variabilidad del 20.24%. Varios elementos, como las políticas monetarias, la inflación y las condiciones de comercio, juegan un rol importante en el valor de las divisas.

Según el gobierno canadiense, el 75.8% de las personas que solicitaron la ciudadanía canadiense obtuvieron el estatus de residentes permanentes, mientras que el 24.2% fueron clasificados como residentes temporales, muchos de ellos estudiantes o personas en búsqueda de empleo.
En el primer trimestre del año, México recibió remesas desde Canadá que sumaron 216 millones de dólares, un indicador importante de la conexión económica entre ambos países. Asimismo, las políticas públicas y monetarias continúan teniendo un gran impacto en la fluctuación de la moneda.

Los economistas prevén que la situación financiera de Canadá enfrentará menos dificultades en el futuro. El Banco Central del país ha mantenido políticas económicas que buscan estabilizar la economía y controlar la inflación, especialmente tras los efectos adversos causados por la pandemia de COVID-19.
El crecimiento histórico de la población ha sido un factor clave en la recuperación económica del país, y se espera que continúen las inversiones y medidas que fortalezcan el crecimiento de la figura económica canadiense.