La relación bilateral entre México y Estados Unidos enfrenta un desafío significativo debido a las acciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha implementado tarifas arancelarias de hasta 800,000 millones de dólares en el comercio entre ambos países. Aparentemente, Trump está decidido a aplicar un modelo proteccionista que, aunque podría beneficiar a su país en términos de inflación, impone una carga considerable en las empresas mexicanas. Esta orden también afecta a México y Canadá, que son socios clave en el acuerdo comercial conocido como T-MEC, particularmente en el sector automotriz.
La declaración del gobierno mexicano, que se emitirá este viernes, sugiere que no descartarán la posibilidad de negociar acuerdos con otros países respecto a estas tarifas, aunque enfatizan que cualquier negociación debe ser hecha a través de un anuncio formal de tarifas recíprocas. Este escenario presenta riesgos para el comercio internacional, especialmente dado que las automotrices son un sector de gran importancia económica.
Las tarifas automotrices y su impacto en las exportaciones mexicanas se conocerán después del 2 de abril. Las empresas esperan, con cierta ansiedad, las respuestas desde Washington. A diario, miles de camiones, autos y piezas de automóviles cruzan la frontera de 3,000 kilómetros entre México y Estados Unidos. México se posiciona como el principal exportador de automóviles hacia EE. UU., enviando más de 3 millones de unidades al año, lo que equivale a ventas valoradas en 78,500 millones de dólares.
Gracias a la cercanía geográfica con el mercado estadounidense y los incentivos comerciales del T-MEC, muchas automotrices han establecido operaciones importantes en México, incluyendo gigantes como Ford, General Motors, y Volkswagen. Sin embargo, el cambio en las reglas arancelarias podría suponer un golpe duro para una industria que ha disfrutado hasta ahora de tarifas cero en sus exportaciones.
Francisco González, presidente de la Asociación de la Industria Automotriz, menciona que el sector automotriz tiene una cadena de producción altamente integrada. La posibilidad de mantener el volumen de producción se verá afectada, ya que este sector genera alrededor de 880,000 empleos en el país y podría resistir bajo estas nuevas condiciones arancelarias durante unos cinco meses.
Las grandes compañías automotrices serán quienes asumirán los costos de esta nueva tarifa, lo cual impactará de manera directa al consumidor estadounidense y a las empresas que operan en el país. Esto resulta en un aumento de costos y podría llevar a una reducción de volumen de ventas.
El futuro del T-MEC en juego
Con las políticas de Trump en curso, la integridad del T-MEC se encuentra amenazada. El exsecretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha indicado que estos anuncios por parte de Trump están poniendo en riesgo la esencia misma del tratado. La administración de Enrique Peña Nieto había advertido que las acciones de Washington estaban perjudicando la estabilidad de la economía mexicana.
Rodrigo Aliphat, investigador y profesor del CIDE, destaca que más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a este mercado, y cualquier cambio en el PIB de EE. UU. tendría un efecto directo en la economía mexicana. Esto pone de relieve la necesidad urgente de que el gobierno tome medidas diplomáticas efectivas para proteger los intereses económicos del país dentro del contexto de este acuerdo comercial.