El 20 de marzo, entregué la presidencia de la Cámara Nacional de la Industria Mecánica (CANIEM) a mi sucesor, designado por la Asamblea General y el Consejo Directivo. Confío en que este nuevo líder logrará llevar el rumbo de la industria hacia adelante.
Esta transición representa una gran oportunidad para avanzar en el ámbito industrial. Durante mi gestión, el objetivo siempre fue defender los intereses de nuestros afiliados y procurar el bienestar de los sectores más relevantes de la cultura y la economía del país.
Deseo que mis sucesores continúen con la ejecución del “Plan México”, que tiene como horizonte el año 2030 y se define como un modelo de desarrollo sostenible para la prosperidad compartida.
El plan tiene como finalidad reposicionar a México nuevamente en el concierto internacional, estableciendo metas claras, entre las cuales destaca la intención de formar parte de las diez economías más grandes del mundo. Para alcanzar este objetivo, se requiere un crecimiento del 30% en los próximos cinco años, superando a naciones como Turquía, Italia y el Reino Unido, que se espera crezcan al 0% en el mismo periodo. Sin duda, es un reto ambicioso.
Un aspecto fundamental es reconocer que solo el sector privado genera riqueza; los gobiernos se limitan a administrar recursos y, a menudo, lo hacen de manera ineficiente. Países como Corea del Sur han demostrado un notable crecimiento económico a lo largo de los años, multiplicando su economía por 210 veces, mientras que México solo ha crecido 37 veces desde 1970.
El éxito de Corea no es casualidad y ha implicado una inversión constante en educación y tecnología. Esto se refleja en resultados concretos, como las diferencias en puntuaciones en pruebas estandarizadas como PISA, donde Corea supera a México significativamente. En 2023, Corea registró 135,180 patentes, en comparación con las 9,698 de México, logrando apenas el 7% de las patentes coreanas.
Para alcanzar los objetivos del Plan México, es imperativo invertir en una educación de calidad. En la actualidad, estamos muy por debajo de los promedios internacionales en resultados educativos y carecemos de herramientas para medir avances o retrocesos. El modelo educativo vigente en México ha mostrado ser obsoleto y no produce resultados satisfactorios a nivel internacional.
Los editores mexicanos están preparados para contribuir a los objetivos del Plan México; sabemos cómo hacerlo. La diversidad y adaptación de los materiales educativos son cruciales para fomentar un aprendizaje significativo que responda a las necesidades actuales.
