Este domingo se presentará un fenómeno notable como resultado de una fuerte tormenta geomagnética. Este evento está vinculado a una eyección de masa coronal (CME) del Sol, que ha debilitado el campo magnético terrestre durante el equinoccio, incrementando la probabilidad de que sean visibles las auroras boreales.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), esta tormenta se clasifica como “fuerte” en la escala geomagnética y se espera que sus efectos se extiendan a latitudes más bajas de lo habitual. Las últimas previsiones indican que las auroras podrían ser vistas en hasta 21 estados de EE.UU., incluyendo lugares tan al sur como Nebraska e Indiana.
Se anticipa que el mayor impacto de la tormenta geomagnética se produzca el 23 de marzo, coincidiendo con la mayor actividad solar de los últimos años. Las regiones más afectadas son aquellas que están más al norte, donde las auroras son típicamente más visibles debido a su proximidad al Polo Norte.

La NOAA ha compartido una lista de los estados donde las auroras podrían ser visibles, incluyendo Washington, Oregón, Idaho, Montana, Wyoming, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Minnesota, Iowa, Wisconsin, Illinois, Indiana, Michigan, Ohio, Pennsylvania, York, Maine y más. Esto genera una gran emoción para quienes esperan observar este espectáculo natural.
El nivel de visibilidad de las auroras dependerá de la localización de cada observador. Además, se prevén interferencias menores en la infraestructura de comunicaciones en determinadas zonas, lo que podría afectar temporalmente algunas redes eléctricas y de comunicación.
Según las estimaciones, la tormenta geomagnética alcanzará su máxima intensidad, aunque la NOAA también prevé eventos adicionales, como una tormenta menor (G1) el lunes 24 de marzo y otra moderada (G2) que sucederá el domingo. Sin embargo, no se espera que estas sean tan intensas como la tormenta de clase G5 que ocurrió el 10 de mayo de 2024, considerada la más potente en dos décadas.