Bruselas.— La situación mundial está marcada por las acciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha anunciado recientemente cambios en las importaciones desde Canadá y México. Este movimiento tendrá un impacto negativo en el sector económico de los tres países involucrados, incluyendo a Estados Unidos, lo cual resultará en pérdidas de valor añadido en diversos sectores como servicios, agricultura e industria.
Se prevé que a partir del 2 de abril, las pérdidas podrían alcanzar un 25%. Además, se ha alertado que la imposición de aranceles podría llevar a México a una recesión, lo que subraya la importancia de fortalecer su mercado interno. Esta situación ha generado preocupación entre organizaciones como Coparmex.
La economía actual es considerada incierta y extremadamente volátil. La posibilidad de que Canadá y México respondan con aranceles simétricos añade un nivel adicional de complejidad, ya que, de ser así, las exportaciones de estas naciones también enfrentarían recortes significativos, estimados entre el 22% y el 35%.
Econpol Europe, una organización fundada en Múnich en cooperación con diversas entidades europeas, incluyendo el Centro de Estudios Externos, ha estado recopilando datos desde 2017. Estos estudios son utilizados por políticos europeos para fundamentar sus decisiones y tomar cursos de acción más informados.
Los aranceles propuestos por Trump tendrían un impacto severo en el sector manufacturero de Canadá y México, países que están fuertemente integrados en la economía estadounidense. Las proyecciones indican que el valor añadido podría caer en cerca de un 2.39% y un 1.31% en estas naciones, respectivamente.
La profunda interconexión con Estados Unidos, junto con su ubicación geográfica y la estructura de los flujos comerciales bilaterales, complican la posibilidad de desviar las mercancías hacia otros socios comerciales. Esta situación resalta la dificultad de diversificar las relaciones comerciales en este contexto.
En el contexto automotriz, se requieren políticas que protejan la industria y el medio ambiente, lo que complica aún más la toma de decisiones para los productores que buscan salvar su participación en el mercado norteamericano. Las decisiones que tome México ante estas circunstancias no serán sencillas, dado que la producción del país está también vinculada a las dinámicas del mercado europeo.