Ciudad de México, México. Desde 2011, con motivo del 10 de mayo, Día de la Madre, se lleva a cabo en México la Marcha de la Dignidad Nacional, donde madres buscan a sus hijos e hijas, exigiendo verdad y justicia. Estas mujeres, conocidas como Madres Buscadoras, exploran la tierra y recorren diferentes lugares, desde montañas hasta ríos y ciudades, impulsadas por el amor a sus seres queridos y por la omisión del Estado en la búsqueda de ellos. Esto las ha llevado a organizarse en redes y colectivos para luchar por sus derechos a la verdad y la justicia.
Una de las principales razones de sus marchas es recordarles a las autoridades la urgencia de atender sus demandas y la necesidad de justicia. Más de una década de crisis de derechos humanos en México se ha visto agravada desde 2007, año en que el expresidente Felipe Calderón declaró la “guerra” contra el narcotráfico, lo que ha acentuado la violencia y la desaparición de personas.
La situación se ha vuelto tan grave que el término “levantón” se ha convertido en parte del vocabulario cotidiano, reflejando la posibilidad de que cualquiera, al salir de casa, asistir a una fiesta o viajar, pueda ser víctima de una desaparición. Las autoridades, en muchos casos, desestiman a las familias, insinuando que “algo habrían hecho” para merecer tan trágico destino.


Historia de Búsquedas
Las madres de personas desaparecidas se han organizado en colectivos y redes, creando espacios de aprendizaje entre ellas. Juntas han aprendido cómo documentar información sobre sus seres queridos desaparecidos, cómo construir denuncias y cómo buscar en terrenos difíciles, convirtiéndose en expertas en este proceso.
A través de reuniones colectivas y talleres, bajo el lema “Sin las familias no”, han mantenido su lucha frente a la indiferencia de las autoridades. Han logrado que la violencia en sus comunidades sea reconocida y tipificada adecuadamente en la legislación, enfrentándose a un sistema que muchas veces ignora su dolor.
Para cada madre buscadora, el 10 de mayo tiene un significado particular que recuerda la ausencia de sus seres queridos. Esta fecha se convierte en un llamado a la sociedad para que no olviden a aquellos que aún no han regresado a casa, al tiempo que buscan protocolos y apoyos que garanticen su seguridad durante la búsqueda.


“Nosotras rascamos la tierra buscando a nuestros amores”
Mireya Montiel Hernández desapareció el 13 de septiembre de 2014, cuando solo tenía 18 años. Su madre, Tranquilina Hernández, es buscadora y denuncia que su hija aparece como ‘localizada’ en el registro nacional, a pesar de que continúa desaparecida.
Investigaciones realizadas por proyectos periodísticos especializados han demostrado que muchas personas que no han sido encontradas figuran erróneamente como ‘localizadas’, lo cual representa una cruel desinformación.
“Las autoridades nos ofrecen un lugar donde buscar, porque si no lo hacemos nosotras, nadie más lo hará. Obstruyen nuestra labor, no garantizan nuestra seguridad ni nos brindan herramientas. Para ellos, nuestros desaparecidos son solo cifras”, denuncia Tranquilina Hernández en una entrevista.


La Esperanza de Encontrar
Las madres buscan en terrenos baldíos y fosas clandestinas que ellas mismas localizan, así como en bosques, desiertos y ríos. Además, también buscan entre los vivos, visitando hospitales en esperanza de encontrar a sus seres queridos.
Desde 2016, bajo la Red de Enlaces, se organizan brigadas nacionales de búsqueda donde familiares de personas desaparecidas comparten sus conocimientos y técnicas para la búsqueda. Con el tiempo, se han vuelto expertas y han creado herramientas específicas, como una varilla ‘T’ utilizada para excavar en fosas.
Las búsquedas son arduas y a menudo peligrosas, pero las madres continúan su labor con la esperanza de encontrar a sus amores. Recientemente, Tranquilina, junto con otra compañera buscadora, afirmó: “Ahora volví porque encontré indicios sobre Mireya”, mostrando el arduo compromiso que tienen con esta causa.
Más de 116 mil personas nos hacen falta
En México, hay 116,294 personas desaparecidas, dejando a sus familias en un profundo dolor por su ausencia.
El registro nacional de personas desaparecidas, gestionado por las autoridades, es esencial para las familias que anhelan respuestas y, desde 2006, muchos casos han sido inadecuadamente atendidos. Las familias de las víctimas siguen exigiendo justicia, mientras el gobierno parece fallar en sus deberes hacia ellas.
Las violencias que enfrentan las madres buscadoras
Las madres enfrentan múltiples violencias en su lucha. Se ven afectadas por la negligencia, la falta de acción de las autoridades y las amenazas directas, así como atentados, torturas y asesinatos.
Del total de víctimas, al menos ocho eran mujeres buscadoras. Desde junio de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha desestimado reunirse con diversos colectivos de búsqueda, lo que ha generado aún más frustración en quienes exigen justicia.