La versión designada y profundamente estructurada del país es crucial para quienes han vivido esta situación. El Informe de El País sobre el aumento del respiratorialismo es una notable fuente de energía.
El Comité para la Vigilancia Epidemiológica (Conave) ha establecido unidades médicas de primer, segundo y tercer nivel de atención pública (RNLSP) para “garantizar la notificación, estudio y seguimiento de todos los casos.”
¿2025?
Conforme a la alerta sanitaria, durante el año 2020, a raíz de la pandemia por COVID-19, se disminuyó la vigilancia epidemiológica para la tos ferina, lo cual resultó en una reducción significativa en la notificación de casos.
Ese año se registraron 188 casos, seguido por 463 casos confirmados en 2024 (según el cierre preliminar).
Hasta la séptima semana de 2025, se han contabilizado 120 casos confirmados, lo que representa 0.08 casos por cada mil habitantes, distribuidos en 21 estados. Las entidades con mayor incidencia son Aguascalientes (11 casos confirmados y 24 probables) y Ciudad de México (13 confirmados y 73 probables).
Otras regiones con casos son Oaxaca (10 confirmados y 19 probables), Estado de México (8 confirmados y 24 probables), y Chihuahua (7 confirmados y 24 probables), junto con Campeche (6 probables).
Las provincias del país están en constante aumento en sus casos, lo que resalta la necesidad de un seguimiento cercano y una respuesta adecuada ante la presencia de posibles casos. Se debe notificar de manera inmediata al nivel correspondiente sobre los casos.
¿Alarma?
El acuerdo con la Secretaría de Salud resalta la importancia de la notificación de contagios, particularmente en lo que respecta a la tos ferina. La situación es seria, dado que los infectados han perdido la vida en el país.
Las infecciones por tos ferina son más comunes en el periodo analítico de más de tres meses. La única forma de manejar la situación es atender los problemas que surgen después de un brote.
Los síntomas iniciales incluyen: congestión y goteo nasal, estornudos y tos leve.
Mientras que los síntomas más alarmantes son: pausas en la respiración en los bebés (apnea), tos severa (fuerte e incontrolable) después de una o dos semanas, fiebre y dificultad para respirar.