La relación afectiva entre los dos países y otros territorios es notable.
Diariamente, a cada hora, la Dirección de Monitoreo en la capital del país publica informes sobre la calidad del aire.
La capital presenta diferentes niveles de calidad que son motivo de preocupación para sus habitantes.
El estado del aire en la provincia es considerado “Muy Malo”, lo que afecta directamente a la salud de las personas, en especial a los grupos vulnerables.
Se destaca que el seguimiento de la calidad del aire es un tema de vital importancia global.
Las autoridades han emitido las siguientes recomendaciones: tomar precauciones si se está expuesto al sol, usar sombrero y gafas con protección UV, y aplicar un protector solar con factor de protección solar (FPS) de 30 o más.

La Dirección de Monitoreo Atmosférico cuenta con 16 estaciones que registran la calidad del aire en la Ciudad de México. A continuación, se presentan los resultados más recientes de cada estación:
Tlalpan: Mala
Benito Juárez: Mala
Azcapotzalco: Mala
Coyoacán: Mala
Cuajimalpa: Mala
Gustavo A. Madero: Muy mala
Cuauhtémoc: Mala
Iztacalco: Muy mala
Venustiano Carranza: Mala
Miguel Hidalgo: Mala
Álvaro Obregón: Mala
Iztapalapa: Mala
Tláhuac: Aceptable
Iztacalapa: Mala
Este monitoreo también se extiende a zonas adyacentes, donde la calidad del aire presenta variaciones significativas.

La Dirección de Monitoreo de la Ciudad de México clasifica la calidad del aire en cinco niveles. El nivel más bajo, indicado por el color verde, representa poca preocupación, con un riesgo mínimo para la salud.
El siguiente nivel, amarillo, es considerado “aceptable”, pero podría generar síntomas en personas sensibles, como asmáticos. A partir de este nivel, es recomendable limitar actividades físicas intensas al aire libre, aunque el resto de la población aún puede realizarlas sin preocupaciones.
El nivel naranja indica “mala” calidad, con incrementos en los síntomas para personas con enfermedades respiratorias y cardíacas. Finalmente, el nivel rojo detalla una situación crítica, donde se agravan los síntomas, aumentando el riesgo de complicaciones serias, especialmente en grupos vulnerables como ancianos y personas con condiciones preexistentes.