México se consolida una vez más como la mayor industria automotriz en América Latina, superando en producción a Argentina y Brasil juntos. En este contexto, se implementó un nuevo esquema comercial que permite el intercambio de productos manufacturados entre ambos países sin la imposición de aranceles.
Este acuerdo funciona de manera similar al que Argentina mantiene con Brasil, pero incluye ciertas limitaciones en los montos máximos permitidos para la industria automotriz.
Como se informó anteriormente el 31 de marzo, el límite en este intercambio es de 773 millones de dólares anuales, y se estipula que este volumen no afectará las importaciones y exportaciones de vehículos entre ambos países.

El 3 de abril, la Casa Blanca anunció un aumento del 25% en los aranceles para los vehículos importados desde México y Canadá, lo que generó preocupación en el sector industrial argentino, ya que podrían aumentar las unidades y modelos mexicanos disponibles en el país sin aranceles.
Este cambio ha llevado a una respuesta cautelosa en la industria argentina, dado que una mayor oferta de vehículos importados podría afectar las ventas de los modelos nacionales. Con los cambios en la política comercial, se mantiene un estado de alerta ante posibles decisiones futuras que afecten la producción local.

Los fabricantes como Ford traen diversos modelos desde México, incluyendo el nuevo Bronco Sport, el totalmente eléctrico Mustang Mach-E, y la pickup Maverick. En contraste, marcas argentinas como Nissan y Toyota también se enfrentan a este nuevo panorama comercial.
Otra marca, Volkswagen, planea comenzar la importación del C-SUV Taos a partir del 1 de julio, ya que dejará de producirse en Argentina. Asimismo, otras empresas como Stellantis, Honda, Audi, BMW y General Motors están realizando importaciones desde México, lo que altera el equilibrio del mercado local de vehículos. Estos movimientos reflejan una tendencia creciente de dependencia del mercado mexicano para la obtención de modelos diversos en Argentina.