Aún existe incertidumbre respecto al futuro inmediato de México en medio de este escenario global tan caótico, pero hay una verdad innegable: la cuenta ha llegado y, tarde o temprano, todos pagaremos por lo que se ha hecho.
Por José Mario Sánchez Soledad
La situación internacional está en un momento crítico. Las decisiones adoptadas impactan a todos los países y, en este contexto complejo, es necesario que no solo quienes toman las decisiones asuman las consecuencias, sino también aquellos que, por acción u omisión, llevaron las cosas hasta límites insostenibles.
El actual conflicto y la crisis migratoria no surgieron de la nada. Estos problemas han estado gestándose durante años y, en numerosos casos, han sido ignorados o minimizados. La falta de atención a factores clave ha debilitado la capacidad de respuesta de las naciones ante estas crisis.
Las tensiones actuales incluyen la política de “abrazos, no balazos”, el bienestar social del país, y otros temas que afectan a la población. La reacción ante la violencia y la criminalidad ha generado una necesidad urgente de una estrategia que equilibre la seguridad y el bienestar de la ciudadanía.
La encrucijada que enfrentamos plantea una cuestión fundamental: ¿seremos capaces de unir fuerzas para enfrentar estos retos, o nos dejaremos llevar por el miedo y la división? Algunos creen que esta situación puede llevar a una mayor unión y a un esfuerzo compartido, mientras que otros temen que resulte en una sumisión y conformismo.
Un dicho popular afirma: “En aguas revueltas, ganancia de pescadores.” Esta idea resuena en un momento en el que la incertidumbre podría beneficiarse de la adaptabilidad y la cooperación. El verdadero desafío será aprender de los errores del pasado, reintegrar principios que fortalezcan nuestras instituciones y asegurar un verdadero equilibrio de poderes.
A medida que el panorama global sigue siendo volátil, lo único cierto es que todos seremos responsables, en mayor o menor medida, de las implicaciones de estas decisiones. La clave estará en reconocer nuestros fallos pasados y trabajar en conjunto por un futuro mejor.
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José Mario Sánchez Soledad, empresario e historiador de Ciudad Juárez y consejero nacional de Copal Sex.