La famosa cadena estadounidense de alitas, cerveza y chicas vestidas de naranja ha solicitado protección por quiebra. Hooters of America, con sede en Georgia, ha presentado una solicitud de protección bajo el Capítulo 11 en Texas, con el objetivo de reestructurar una deuda de 376 millones de dólares. Este plan abarca sus 100 restaurantes de propiedad corporativa y también incluye a un grupo de franquiciados respaldados por los propios fundadores de la marca.
A nivel operativo, el restaurant Hooters en Estados Unidos, que se mantiene bajo un esquema de franquicias, ha continuado con cambios inmediatos. Sin embargo, se anticipa una transformación profunda para este ícono de la cultura pop de los años noventa.
De la fama a la fatiga
Hooters fue fundado en 1983 en Clearwater, Florida. Su popularidad se debe a su comida, la transmisión de eventos deportivos, la presencia de las “Hooters girls” y un ambiente festivo que en su época de apogeo gestionaba alrededor de 400 locales.
Hooters en quiebra
No obstante, el modelo de negocio comenzó a mostrar signos de agotamiento. La dinámica ha cambiado, y las preferencias de los consumidores han evolucionado. A esto se suman la inflación, el aumento de costos operativos y diversas demandas por cuestiones laborales.
Uno de los casos más sonados fue una demanda colectiva en 1997 por prácticas discriminatorias, donde Hooters pagó 3.75 millones de dólares para solucionarlo. Más recientemente, en 2023, la empresa acordó pagar 250 mil dólares tras ser acusada de racismo por la Comisión para la Igualdad de Oportunidades.
¿Y en México?
Aunque la quiebra afecta a las operaciones en Estados Unidos, el anuncio genera interrogantes sobre el futuro de la marca en mercados como México. Hooters México opera bajo un esquema de franquicias y actualmente está lidiando con procedimientos legales. Sin embargo, el plan de “re-Hooterización” podría traer cambios significativos a nivel global.
La estrategia incluye devolver el control de los restaurantes a franquiciados experimentados, eliminar dinámicas como las “noches de bikini” y adaptar el concepto a los tiempos actuales. La marca busca reinventarse sin perder su esencia, apostando por un rediseño que conecte con nuevas audiencias sin alienar a sus clientes fieles.
Hooters en quiebra
El dilema de la nostalgia
Hooters no es la única cadena nostálgica que atraviesa dificultades. Red Lobster, TGI Fridays, Buca di Beppo y On the Border también han enfrentado quiebras o reestructuraciones recientes. El caso de Hooters es emblemático porque toca una fibra cultural: representa no solo un modelo de negocio en crisis, sino también un estilo de vida que ya no conecta con las nuevas generaciones.
Las tendencias globales están cambiando, y los consumidores que alguna vez acudieron en masa a estos establecimientos ahora buscan experiencias diferentes y más alineadas con sus valores actuales.