La política arancelaria de Donald Trump ha sido muy agresiva a nivel global desde el inicio de su segunda candidatura en 2025. Trump también anunció un aumento de los aranceles a los acuerdos de producción con la Unión Europea, lo que añade presión sobre el consorcio mundial y los países en general.
Estas tensiones son características de su estilo, y están influyendo en las relaciones internacionales. A través de este enfoque, busca presionar a gobiernos de diversas naciones como parte de su estrategia contra posibles incursiones militares, lo que genera contradicciones geopolíticas a nivel internacional.
El incremento de los aranceles, que varían del 25% al 50% e incluso alcanzan el 100% en algunos casos, se pretende implementar a nivel mundial. Este ascenso se dirige en particular contra China, pero también afecta a países como India, Brasil y otros miembros del BRICS. Estos cambios han generado nerviosismo en el mercado; el 10 de marzo pasado, se produjo un desplome en la bolsa de valores de Estados Unidos, reflejando los efectos negativos a nivel global. Las perspectivas de crecimiento para la economía estadounidense han ido en descenso, y un estancamiento con inflación ya está sobre la mesa.
En este contexto, surgen interrogantes sobre la dirección de la política arancelaria de Trump. Se busca priorizar la industria local en un momento donde el sector manufacturero de China ya duplica al de Estados Unidos. Las dinámicas del comercio internacional han alterado el equilibrio, destacando que en la actual economía global, los costos laborales en Estados Unidos son considerablemente más altos que en otros países, motivando la búsqueda de reducción de gastos de producción.
Con ello, los efectos de lo que se ha llamado “Rust Belt” en EE.UU. causan un proceso progresivo de desindustrialización, lo que añade un dilema social, afectando la calidad de vida de la población y complicando el panorama político. Este aspecto se ha convertido en un tema importante para su administración.
Por lo tanto, se puede concluir que la estrategia de Trump no se limita únicamente a cuestiones económicas. Existe un deseo de reafirmar el dominio imperialista de Estados Unidos sobre sus aliados mediante la manipulación de los aranceles, buscando obtener más ventajas económicas y una influencia más significativa en el panorama internacional.
Josafat Hernández*
*Profesor de la división de estudios multidisciplinarios del CIDE; Doctor y Maestro en Filosofía de la Ciencia; Licenciado en Economía, Historia del Pensamiento Económico (Por la UNAM).
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