El horario de verano se implementó en México en 1996 con el propósito de aprovechar mejor la luz natural en actividades diarias. Este ajuste se lleva a cabo cuando los días se alargan durante el hemisferio norte, ampliando así el tiempo de luz natural durante la jornada laboral, adelantando los relojes una hora. Sin embargo, esta práctica fue eliminada en gran parte del país a partir de 2022 tras la aprobación de una nueva ley sobre husos horarios, que estableció un horario estándar para el territorio nacional.
El horario de verano en Baja California comenzó este año en la madrugada del domingo 9 de marzo, día en el que los relojes se debieron adelantar una hora. Esta modificación afecta a los municipios de la franja fronteriza que deben ajustar sus relojes conforme a la legislación de husos horarios del país.
En Baja California, localidades como Tijuana, Rosarito y Tecate serán parte de este cambio. En el estado de Chihuahua lo adoptarán municipios como Coyame del Sotol y Manuel Benavides, mientras que en Coahuila, Acuña y Piedras Negras son algunos de los que también se sumarán al horario de verano. En Nuevo León, Anáhuac es el municipio que se agrega a esta práctica, mientras que en Tamaulipas lo harán Nuevo Laredo, Guerrero y Matamoros, entre otros.

Benjamin Franklin fue pionero en la idea del cambio de horario en 1784, al sugerir medidas para el ahorro energético durante su tiempo como embajador de Estados Unidos en Francia. Inspirado por el tiempo de luz proveniente del sol, propuso un cambio para optimizar el uso de la luz natural y reducir el consumo energético. Aunque su propuesta inicial no prosperó, contribuyó a la evolución del concepto que se formalizaría más tarde.
La primera implementación oficial de un cambio de horario en Estados Unidos ocurrió en 1916, con la finalidad de conservar combustible en tiempos de escasez. Esta medida se instituyó de forma nacional durante la Segunda Guerra Mundial entre 1942 y 1945, y fue posteriormente formalizada por el Congreso en 1966 mediante la promulgación de la Ley de Horario Uniforme, que establecía fechas específicas para su inicio y finalización. A pesar de esto, algunos estados podían optar por no adherirse a la ley.
A nivel global, no todos los países aplican cambios de horario, aunque es una práctica común en la mayor parte de América del Norte, Europa, Nueva Zelanda y algunas regiones de Oriente Medio. Cada lugar tiene sus propias fechas de implementación. Por otro lado, la mayoría de los países asiáticos no realizan este ajuste, y en Sudamérica y Australia la situación es variada, con países divididos sobre su aplicación.