Desde el 20 de enero, el presidente Donald Trump ha endurecido las políticas migratorias en Estados Unidos, lo que ha resultado en la cancelación de la aplicación CbpOne que facilitaba la solicitud de asilo desde la frontera.
Además, el Gobierno Mexicano se ha comprometido a reforzar la frontera norte con la incorporación de 10 agentes de la Guardia Nacional para controlar el flujo de inmigrantes hacia el país del norte.
Debido a estas circunstancias, miles de migrantes han decidido permanecer en México, donde la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum les ha ofrecido apoyo social.
Los migrantes que residen en las ciudades fronterizas de México han comenzado a establecerse y formar nuevos proyectos de vida, como es el caso de Karla García, una salvadoreña que ha encontrado nuevas oportunidades en el país.
Karla, quien llegó a México acompañada de menores de edad, buscaba usar CBP One para solicitar asilo, pero ha expresado que su situación le ha permitido encontrar independencia en su nuevo hogar.
García comenta que no se siente “varada”, ya que ha comenzado una nueva etapa en su vida y (en consonancia con sus planes) ha optado por no intentar cruzar a Estados Unidos.
El fenómeno se observa también en otras ciudades fronterizas, donde un creciente número de inmigrantes ha decidido establecerse en lugar de intentar cruzar la frontera. Según datos del Gobierno Mexicano, el país se está convirtiendo en un destino significativo para los migrantes, ocupando el tercer lugar con 78,975 solicitudes de asilo registradas en 2024, solo superado por Alemania.