CNN –
Sama Tubail, al imitar el movimiento de peinarse, se observa en el espejo y comienza a llorar.
“Estoy muy triste porque no tengo ni un solo mechón de pelo para peinar,” expresó Sama, mientras sostenía la cabeza entre sus manos. “Sostengo el espejo porque deseo peinarme: tengo muchas ganas de hacerlo.”
Para la niña de ocho años, este sentimiento de pérdida ha sido abrumador desde el 7 de octubre de 2023, cuando jugaba al aire libre con amigos en Jabaliya, al norte de Gaza. Desde entonces, Sama y su familia han estado entre aproximadamente 1.9 millones de palestinos desplazados por la violencia, primero refugiándose en la región de Beersheba mientras la situación se agravaba, y luego trasladándose a un campo de desplazados en Khan Younis, en el centro de Gaza.
Israel inició una guerra en Gaza tras un ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023 que dejó 1,200 muertos, la mayoría civiles, según las autoridades israelíes. La respuesta militar ha resultado en la muerte de más de 48,000 palestinos, según datos de salud en Gaza.
UNICEF reporta que 1.2 millones de personas se encuentran expuestas a situaciones difíciles y en riesgo. Al tiempo, Tom Fletcher, un representante humanitario de la ONU, informó al Consejo de Seguridad sobre la devastación, afirmando: “Han matado a niños, los han dejado morir de hambre y de frío.”
La situación se ha vuelto más crítica con el reciente aumento de ataques israelíes que rompieron el cese del fuego, resultando en la muerte de cientos de palestinos, de acuerdo con funcionarios de salud en Gaza. Además, el trauma que sufren los niños y el personal de salud es profundo, complicando el tratamiento y el apoyo necesario para sobrellevar estas experiencias devastadoras.