La Confusión en el Cambio de Seguridad Ciudadana en Tijuana
Recientemente, la designación de Laureano Carrillo como nuevo Secretario de Seguridad Ciudadana ha generado gran revuelo en la comunidad. El anuncio se hizo el 11 de marzo y sucedió tras una espera de más de cinco meses desde que Juan Manuel Sánchez Rosales asumió el cargo interinamente después de controversias en su gestión.
La llegada de Carrillo representa un cambio dentro de un contexto donde el gobierno federal ha hecho nombramientos similares en otras partes del país, buscando dar un giro al enfoque en la seguridad y la protección de la ciudadanía.
En Mexicali, la situación se complicó aún más cuando Alejandro Lora Torres, Subdirector de la Policía Municipal, renunció a su puesto. Su salida se atribuyó a conflictos internos dentro de la corporación, que se intensificaron durante su período en el cargo.
Por otro lado, una figura destacada como Marina Calderón manifestaba su descontento hacia otros funcionarios, lo que agudizaba aún más el clima de inseguridad y tensiones internas en las fuerzas de seguridad.
La controversia no termina aquí; la destitución de Martín Alvaro Alva Urías se debió a que no cumplió con los exámenes de Control y Confianza, reflejando la importancia de estos procesos en una gestión pública efectiva, sobre todo en el ámbito de la seguridad.
Es importante cuestionar cómo estas reducciones en índices delictivos son percibidas en un contexto donde los problemas de seguridad persisten. ¿Están realmente los esfuerzos de las autoridades dando resultado, o se están encubriendo fallas sistemáticas? Estas son preguntas críticas que necesitan ser abordadas.
En Baja California, el estado enfrenta un escenario alarmante con un número creciente de homicidios, alcanzando hasta 173 asesinatos en enero de 2025, lo que incluye casos de feminicidios, reavivando el debate sobre la efectividad de las políticas aplicadas y el compromiso de las autoridades en la protección de sus ciudadanos.
