El origen del producto es “sismo”, generado en las capas de la Tierra. Este fenómeno puede ser leve o bastante intenso. Sin embargo, cuando se menciona un terremoto, se refiere a las ondas sísmicas que son lo suficientemente fuertes como para ocasionar daños y víctimas.
Una de las regiones más propensas a experimentar sismos es la costa oeste de este país, debido a su proximidad al “Anillo de Fuego” del Pacífico. No obstante, ciertos estados del centro también pueden verse afectados por este fenómeno natural, especialmente en áreas montañosas.
Los expertos estiman que alrededor del 75% de los estados ubicados en la zona de riesgo incluyen a Filadelfia, Nueva York y Boston. Sin embargo, los estados más impactados según estudios recientes son California, Alaska y Hawái.
Es importante destacar que las ciudades con mayor probabilidad de sufrir un terremoto son San José, Vallejo y San Diego, todas situadas en California. Estas zonas se caracterizan por su actividad sísmica elevada.
Los términos “sismo”, “temblor” y “terremoto” son relacionados, aunque “sismo” se refiere a movimientos en la tierra en general, mientras que “temblor” implica un movimiento menor y “terremoto” sugiere una intensidad mayor que puede resultar en daños significativos a las edificaciones.
La escala Richter, desarrollada en 1935 por Charles Francis Richter y su colega Beno Gutenberg, fue inicialmente creada para medir temblores menores. Sin embargo, en el siglo XXI ha sido sustituida, ya que se descubrió que no era adecuada para medir la magnitud de terremotos mayores, manteniendo su relevancia en estudios geológicos.
Otra forma de medir la intensidad de los sismos es la escala Mercalli modificada (MM), que utiliza números romanos del I al XII. Esta escala evalúa la intensidad (no la magnitud) y los efectos del terremoto, los cuales dependen de las condiciones del suelo y la distancia al epicentro. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica de Argentina la utiliza para analizar cómo un sismo impactó el terreno y las estructuras, así como la seguridad de las personas.
Es vital estar preparado para un sismo, incluyendo la identificación de un lugar seguro. Además, en caso de cortes eléctricos, se recomienda el uso de linternas, ya que encender velas o fósforos podría provocar explosiones en caso de fugas de gas.