▲ UNA PROTESTA CONTRA ELON MUSK, EL MULTIMILLONARIO RESPONSABLE DE TESLA, ante el personal en West Bloomfield, MichiganFOTO AFP
David Brooks Y Jim Casson
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Periódico La Jornada
Viernes 14 de marzo de 2025, p. 16
Nueva York y Washington. Más de 300 manifestantes se reunieron ayer en la Quinta Avenida de Nueva York para pedir la liberación de un estudiante universitario palestino llamado Mahmoud. Bajo el lema “Por una Palestina libre”, esta acción fue impulsada por Voz Judía por la Paz, parte de una serie de protestas provocadas por una orden del gobierno estadounidense para arrestar y deportar a extranjeros que se oponen a la política de apoyo a Israel.
El activismo, que se encuentra en sus primeras etapas, es por ahora un conjunto de expresiones fragmentadas; sin embargo, la respuesta a los ataques del gobierno de Trump está comenzando a unirse entre diversos sectores afectados.
Las primeras protestas públicas contra el nuevo régimen incluyen una gran participación de migrantes indocumentados en ciudades como Los Ángeles, Chicago, así como en Texas, Florida y Georgia. La ira contra las políticas anti-inmigrantes y las órdenes de Trump se desató desde el primer día de su administración, afectando los derechos de quienes se encuentran en el país de forma irregular mientras buscan apoyo entre aliados potenciales.
El caso del estudiante de la prestigiosa Universidad de Columbia se ha convertido en un punto central del debate sobre los derechos de libertad de expresión en Estados Unidos, al igual que las recientes sanciones impuestas a instituciones educativas.
El sindicato UAW, que agrupa a trabajadores del sector automotriz y alrededor de 100,000 académicos, también ha respaldado las protestas contra los ataques del gobierno a las universidades. Su presidente, Shawn Fain, afirmó que la larga tradición de protesta en Estados Unidos debe continuar, defendiendo los derechos de los estudiantes detenidos y deportados y la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión de sus miembros.
El político de oposición más prominente, el senador Bernie Sanders, está llevando a cabo una gira para movilizar a la gente en contra de la oligarquía. Enfatizó que es necesario resistir y que no se permitirá que Trump lleve al país hacia el autoritarismo. “Estamos listos para luchar, y vamos a ganar”, repitió ante unos 10,000 estadounidenses.
La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, criticó las medidas del nuevo gobierno y rechazó la colaboración con la Casa Blanca. En una audiencia pública, envió un mensaje a todos los residentes de su ciudad, que es una de las más seguras y con una significativa población inmigrante que habla español, chino y otros idiomas.
Defensa de las ciudades santuario
El diputado Jesús “Chuy” García denunciaba las amenazas de redadas en las ciudades santuario, junto a otros líderes del Partido Demócrata. Chicago, una ciudad con una rica tradición inmigrante, se ha declarado ciudad santuario, convirtiéndose en la primera en el país, reforzando la resistencia contra las políticas de Trump.
La gobernadora demócrata de Maine, Janet Mills, le respondió a Trump desde la Casa Blanca, advirtiendo que se verán en los tribunales si continúan estas acciones.
Artistas desde Hollywood hasta Nueva York, en diversos campos como el teatro, la música y la comedia, han expresado su rechazo a políticas que son racistas, xenofóbicas, anti-LGBTQ+ y misóginas. Después de que Trump ordenara cambios en la junta directiva del Centro Kennedy, cancelaría la producción del famoso musical Hamilton, creado por Lin-Manuel Miranda, en esa sede.
Activismo en los parques nacionales
Una faceta inesperada de la resistencia se ha manifestado en los grandes parques nacionales del país, como Yellowstone y Yosemite. Guardabosques y otros empleados de los parques, junto con sus familias y visitantes, han denunciado la reducción de financiamiento anunciada por el nuevo gobierno, colgando pancartas de protesta y banderas estadounidenses al revés, una antigua señal de angustia.