La Ley Estadounidense sobre Enemigos Extranjeros, promulgada en 1798, es una legislación antigua, además de ser una parte polémica de la historia estadounidense. Hasta la fecha, solo se ha utilizado en tres ocasiones, siempre durante períodos de guerra, y se aplicó en la Segunda Guerra Mundial para el internamiento de personas. Ahora, el presidente Donald Trump planea invocarla como parte de su estrategia para deportar a inmigrantes considerados ilegales, incluyendo a aquellos en Guantánamo, Cuba.
Trump podría activar esta medida este mismo viernes para proceder con la detención y posible deportación de sospechosos vinculados a la pandilla venezolana Tren de Aragua, de la cual su administración ha recibido reportes de actividades delictivas. La Ley de Enemigos Extranjeros otorga al presidente la facultad de ordenar la detención y deportación de extranjeros mayores de 14 años que provengan de países designados como hostiles.
Desde su implementación, se ha reportado que este programa ha costado 16 millones de dólares y ha llevado a 290 personas a su país de origen, aunque parece que esto ha sido en vano, ya que el Pentágono ha devuelto a 40 inmigrantes a Estados Unidos.
Hasta ahora, las repatriaciones se han realizado bajo un marco ejecutivo. Trump había anunciado que tenía la intención de arrojar hasta 30.000 inmigrantes indocumentados, mientras que Estados Unidos también mantiene en Guantánamo a sospechosos de terrorismo, en una instalación que ha existido durante más de un siglo. Se espera que esta semana se realice una audiencia para examinar la situación de estos humanos.
Los 40 inmigrantes en la base naval fueron enviados a Luisiana, donde han estado detenidos. Hace dos semanas, el Departamento de Seguridad Nacional trasladó a otras 48 personas de Guantánamo a las mismas instalaciones de inmigración. Además, 177 venezolanos también han sido reportados, indicando un flujo creciente de personas buscando refugio.
Leonardo Fernández Biloria (Reuters)
A diferencia de los traslados anteriores a la base, en esta ocasión el Gobierno de Estados Unidos utilizó 17 costosos vuelos militares y compartió imágenes de estos eventos en redes sociales. En total, el traslado de inmigrantes irregulares bajo la administración republicana llevó a 290 personas a la base naval desde que Trump emitió su orden. De estos, 40 permanecen allí, mientras que otros 23 fueron recibidos bajo protocolos establecidos por la administración.
El territorio estadounidense es un lugar que ha suscitado tensiones, en medio de un ambiente de creciente control sobre la inmigración. Sin embargo, el Gobierno no ha demostrado que las personas que ha retenido tengan vínculos genuinos con organizaciones terroristas, a pesar de las afirmaciones de seguridad que rodean sus detenciones.
Los abogados de organizaciones defensoras de derechos humanos argumentan que la ley estadounidense puede ser susceptible de cuestionamiento, especialmente en relación con los argumentos utilizados para justificar la retención de personas en instalaciones controladas por el gobierno. Apenas después de que Trump emitió su orden, el Pentágono envió cientos de soldados adicionales a Guantánamo para preparar la base, levantando campamentos para albergar a los inmigrantes detenidos esperados.