McAllen, Texas, EE.UU. (AP) – El gobierno del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó la detención familiar de inmigrantes la semana pasada en un centro de Texas, ofreciendo una pausa durante la presidencia de Joe Biden en su atención a familias de inmigrantes.
Entre las familias afectadas se encuentran personas provenientes de países como Colombia, Rumania, Irán, Angola, Lucía, Armenia, Turquía y Brasil.
Faisal al-Juburi, director de asuntos externos de una organización local, destacó que varios de estos inmigrantes provienen de provincias que forman parte de la región. Al-Juburi también mencionó que algunos se han convertido en un destino popular para aquellos que buscan refugio en Estados Unidos.
Bajo la administración de Trump, la política de detención familiar fue parte de un enfoque criticado por ser inhumano, que separaba a los niños de sus padres en la frontera como parte de su normativa sobre asilo y migración.
Aunque la detención familiar ha estado presente en buena medida, su implementación se detuvo durante el gobierno de Biden, reanudándose brevemente en 2023.
Los servicios de control de inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) están a cargo de esta práctica. La Corporación Geo Group, que opera el centro de procesamiento de inmigración en Karnes, emitió un comunicado el lunes donde anunciaba que podría albergar hasta 1,328 personas.
Además, la semana pasada, CoreCivic, una empresa que gestiona centros de detención, anunció un contrato para albergar a familias migrantes en su centro ubicado en Dilley.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación por la salud mental de los niños afectados, aludiendo a problemas graves como pensamientos suicidas y trastornos alimentarios que pueden surgir en situaciones de detención.