Las mariposas están en serio peligro de extinción a diversas velocidades. Esta situación ha generado preocupación entre los científicos, quienes han encendido la alarma sobre este problema ambiental.
La ciencia detrás de esta crisis es clara y accesible, lo que nos permite comprender los retos que enfrentamos. Según un estudio, entre 2000 y 2020, la población de mariposas cayó un 22% en 554 especies contabilizadas. Este período de dos décadas ha sido crítico y alarmante.
“Es necesario tomar medidas”, declaró Elise Zipkin, profesora destacada de Ecología Cuantitativa en la Universidad Estatal de Michigan y coautora del estudio. “Perder el 22% de las mariposas en todos los territorios continentales de Estados Unidos en tan solo 20 años es preocupante”.
Utilizando métodos de análisis de datos, la investigación examinó cómo ha variado la abundancia de mariposas. Se observó que, excluyendo ciertas áreas, las mariposas cayeron un 1,3% anualmente en el país. Sin embargo, este resultado tiene matices: un 10% del total es especialmente relevante en la información pública.
Las mariposas son uno de los grupos de insectos más estudiados gracias a extensos programas de monitoreo científico, que involucran tanto voluntarios como expertos. Hasta ahora, la mayoría de los estudios han tratado sobre especies emblemáticas, como la mariposa monarca, y se han concentrado en áreas específicas.
Es un hecho que el planeta está en constante transformación, lo que afecta a todos los seres vivos, incluida la diversidad de las mariposas, de las cuales 107 especies han perdido más de la mitad de su población.
Las mariposas desempeñan roles esenciales en la naturaleza, actuando como polinizadores fundamentales en diversidad de ecosistemas y cultivos. Aunque frecuentemente se asocia la polinización con las abejas, las mariposas y otros insectos, como las moscas, contribuyen significativamente a la producción agrícola, representando millones de dólares en sectores como el algodón en Texas.