En la capital de la República, un reciente ataque ha puesto en riesgo la libertad de expresión al afectar “las creencias y símbolos de la religión que profesan”. La exposición titulada “La Venida del Señor”, que se presenta en la Academia de San Carlos, muestra obras de Fabián Chales, con imágenes de hombres y mujeres vestidos como sacerdotes. Esta comunidad ha sido objeto de intensa crítica y controversia en diversas ocasiones, particularmente en relación con creencias religiosas. La exposición contiene elementos visuales que incluyen contenido sexual y representaciones de deidades, de manera similar a lo que han hecho otros audaces artistas en México y el resto del mundo.
La situación ha provocado una reacción por parte de Abogados Cristianos de México ante lo que consideran un ataque a la moralidad religiosa. Chales, aunque tiene destreza en el dibujo y la pintura, ha sido objeto de un juicio donde se estaría evaluando su trabajo bajo criterios que podrían considerarse censura artística. Esta búsqueda de control por parte de un juez, quien ha asumido un papel similar al de un censor inquisitorial, pone en entredicho la independencia artística y la manifestación de ideas.
Es inaceptable que la moral religiosa de unos pocos se imponga a la mayoría, con el respaldo de un juez. Esta inquietante tendencia, promovida por los abogados cristianos, crea un precedente peligroso que podría extenderse a otras áreas como literatura, cine, teatro y música. La falta de respuesta de las autoridades a esta situación pone en riesgo la creación artística en México.
La comunidad artística nacional y otros sectores deben defender el derecho a la libre expresión. Es fundamental que este clima de censura no se normalice y que, en caso de ser necesario, se busquen vías legales para proteger el arte y sus creadores. Es responsabilidad de todos salvaguardar el espacio para la creatividad y la diversidad de ideas.
La reacción de un grupo puede no reflejar las posturas de la sociedad en su totalidad. La historia ha demostrado que la expresión artística a menudo desafía normas establecidas y abre diálogos importantes sobre la diversidad cultural y religiosa. En lugar de silenciar estas voces, hay que permitir un espacio donde se puedan abordar estos temas de forma abierta.
Este es un momento decisivo para la defensa de la libertad de expresión en México. Todos deben considerar la importancia de mantener un entorno que fomente la discusión y el debate sobre diferentes perspectivas, incluso si son incómodas. La comunidad debe unirse para rechazar cualquier intento de censura que amenace el ejercicio de la creatividad.
A medida que se desarrollan estos acontecimientos, es crucial que el público permanezca informado y participe en la defensa de los derechos artísticos. Para aquellos interesados en contribuir al diálogo, se les invita a compartir sus opiniones y experiencias. El futuro del arte y la libertad de expresión en el país depende de nuestra disposición para actuar en defensa de estos valores fundamentales.