En el contexto del 8 de marzo, un grupo de mujeres marcharon por primera vez en la Zona Este, recorriendo el bulevar Cucupah para exigir justicia por las desapariciones, feminicidios y deudores alimentarios.
La marcha fue organizada por cuatro colectivas: Iniciativa Huendo, Deudores Alimenticios Desobligados Baja California, Psique Violeta y Bloodys Red Tijuana. Las participantes demandaron acciones contundentes contra la violencia de género y la necesidad de que las autoridades tomen en serio las denuncias.
Los testimonios compartidos durante la protesta abrieron una ventana al sufrimiento de muchas familias. Una madre se presentó con su bebé en brazos, recordando el dolor de haber perdido a su pareja a causa de la violencia. Su situación es un reflejo de la lucha diaria que enfrentan las mujeres afectadas por el feminicidio.
Alrededor de cien mujeres se unieron al llamado, exigiendo un alto a la violencia y el respeto a sus derechos humanos. La marcha se extendió varios bloques, marcando un inicio contundente de la visibilización de estas luchas en la región.
Es fundamental que las voces de estas mujeres sean escuchadas, pues sus historias son la evidencia de una crisis que no puede ser ignorada. Durante la marcha, se enfatizó la importancia de seguir buscando justicia y de no permitir que estos casos queden en el olvido.
Una de las asistentes compartió su experiencia de haber tenido un amigo desaparecido y cómo esto afectó su vida. Su mensaje fue claro: las familias no pueden seguir sufriendo en silencio, y cada desaparición impacta no solo a la víctima, sino también a toda la comunidad.
A medida que la marcha avanzaba, el clamor de las mujeres resonaba en el aire. “Ivy, si llegas a escuchar esto, queremos que sepas que te amamos y que seguimos esperando tu regreso,” se escuchó entre los gritos de lucha, mostrando la solidaridad y el amor que se tienen entre ellas en esta lucha interminable por justicia.
