La compañía SpaceX llevó a cabo el jueves su octavo vuelo de prueba del Starship, el cohete más grande y potente del mundo. Sin embargo, poco después del lanzamiento, se produjo una pérdida de contacto con la nave, según reportes de la compañía.
En una confirmación de SpaceX, se indicó que la nave del Starship, que había sido lanzada desde el sur de Texas, no completó la misión exitosamente. Este nuevo fallo recuerda el de un vuelo anterior realizado en enero, que también terminó de manera inesperada.
El vuelo ha sido parte de una serie de pruebas dirigidas a explorar los límites de la tecnología del Starship, un proyecto que busca llevar a cabo misiones tanto en la Luna como en Marte.
Tras el lanzamiento desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas, a las 18:30 hora local, se compartieron imágenes en las redes sociales donde se podían ver los restos del Starship cayendo desde el cielo.
En medio de este incidente, se observó que varios motores del cohete comenzaron a fallar, lo que resultó en una pérdida de control de la nave. “Una vez que se pierden suficientes motores, se pierde el control de la actitud”, mencionó Dan Huot, portavoz de SpaceX, durante la transmisión del evento.
El equipo cuenta con la aprobación de la FAA para continuar con estas pruebas, aunque existen preocupaciones por el alto número de fallos en pruebas previas. “Hay mucho que aprender sobre este vehículo”, reconoció Huot durante los comentarios en vivo.
A pesar de las dificultades, SpaceX sigue comprometida con su ambiciosa misión de avanzar en la exploración espacial, señalando que están dispuestos a seguir intentando y aprendiendo de cada experiencia.