El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el jueves órdenes ejecutivas para posponer durante un mes los aranceles del 25%.
Trump decidió aplazar la aplicación de los aranceles del 25% a algunos de sus vecinos del norte y del sur, en medio de crecientes preocupaciones. La Casa Blanca argumenta que estos aranceles buscan combatir la creciente crisis del fentanilo y frenar la inflación en Estados Unidos. Sin embargo, los impuestos propuestos han causado tensiones en la relación comercial norteamericana, que ya venía siendo compleja.
Los aranceles de Trump han generado un impacto significativo en el mercado y han encarecido los productos para los consumidores estadounidenses. A pesar de esto, el 47º Presidente continúa comprometido con sus planes de imponer aranceles “recíprocos” a partir del 2 de abril.
Las importaciones de Canadá, especialmente vehículos y autopartes, están afectadas por la decisión de Trump. Los productos canadienses, como la potasa, que es importante para los agricultores estadounidenses, tendrán un arancel del 10%, mientras que otros artículos estarán sujetos al 25% durante el mes de aplazamiento.
Trump considera esta medida como una “maniobra a corto plazo” para mitigar el daño mientras los aranceles regresen a su vigencia original. El Presidente afirmó que no está preocupado por el mercado y que a largo plazo Estados Unidos se mantendrá fuerte.
En Canadá, los aranceles han causado descontento, especialmente aquellos que afectan productos como vehículos eléctricos, frutas y verduras, productos lácteos y carne. La intervención del Primer Ministro de Ontario, Doug Ford, sugiere que la provincia podría comenzar a imponer un impuesto sobre la electricidad a algunos hogares en Estados Unidos.
La respuesta de China a los aranceles de Trump ha sido contundente. El Ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, criticó las acciones estadounidenses, sugiriendo que estas prácticas no son favorables para la estabilidad de las relaciones bilaterales. La tensión relacionada con el fentanilo ha llevado a un endurecimiento en las medidas comerciales, lo que agrava la situación.
Las amenazas de aranceles intermitentes han agitado los mercados financieros y disminuido la confianza de los consumidores en Estados Unidos. Aunque las principales bolsas se recuperaron brevemente tras el anuncio del aplazamiento, la incertidumbre persiste y se vislumbran posibles consecuencias a largo plazo para la economía.
