Contexto violento en Irlanda del Norte
Irlanda del Norte ha sido testigo de episodios de violencia callejera a lo largo de su historia. Desde la división de la isla en el siglo XX, el enfrentamiento entre las comunidades protestante y católica ha marcado profundamente la región, un conflicto que culminó en los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.
Reciente ola de violencia
En los últimos días, la tranquilidad de la zona ha sido quebrantada debido a un supuesto caso de agresión sexual que ha desencadenado disturbios en Ballymena, una localidad donde se han atacado viviendas y negocios de personas extranjeras durante tres noches consecutivas.
Reacciones oficiales
Michelle O’Neill, la ministra principal de Irlanda del Norte, calificó los incidentes como actos de racismo. La situación comenzó tras la aparición de grafitis xenófobos y convocatorias a protestas, que inicialmente eran pacíficas, pero que se tornaron violentas cuando un grupo de jóvenes enmascarados atacó a la policía.
Ampliación de disturbios a otras localidades
Los disturbios que estallaron en Ballymena se han extendido a localidades cercanas, como Newtownabbey, Larne y Carrickfergus, con ataques dirigidos no solo a la policía, sino a propiedades de extranjeros. En muchas viviendas, se han colgado letreros que indican la nacionalidad de sus residentes.
Fuga de residentes temerosos
Residents de origen extranjero, como Mika Kolev, expresaron su temor y consideraron regresar a su país de origen después de que sus hogares resultaran dañados. Ellas mencionan sentirse inseguras y preocupadas por la seguridad de sus hijos en la comunidad.
Análisis de la situación demográfica
Jim Allister, un diputado de un partido protestante, apuntó a un “cambio demográfico rápido” como factor detrás de la violencia. Sin embargo, datos recientes revelan que solo el 3.4% de la población de Irlanda del Norte es extranjera o pertenece a minorías, lo que pone en duda su afirmación.
Refuerzo policial solicitado
Ante la incapacidad de manejar la situación, las autoridades policiales han solicitado ayuda adicional, y Escocia se ha comprometido a enviar agentes para apoyar. La PSNI reportó que al menos 36 agentes han resultado heridos durante los disturbios, lo que subraya la gravedad de la situación.