NUEVA YORK.- La administración de Donald Trump retiró a Harvard su capacidad para inscribir a estudiantes internacionales, intensificando así su conflicto con la reconocida universidad. Asimismo, advirtió que los miles de alumnos extranjeros actualmente matriculados deben trasladarse a otras instituciones para no comprometer su estatus migratorio, según lo comunicó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una carta.
“Con efecto inmediato, se anula la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (Sevis) de la Universidad de Harvard”, afirmó Noem en su misiva a la universidad, mencionando el sistema principal que habilita a los estudiantes extranjeros para estudiar en los Estados Unidos. “Esto debería ser un aviso a todas las universidades e instituciones académicas del país”, añadió.
La decisión se tomó luego de que Harvard no proporcionara la información solicitada por Noem acerca de ciertos poseedores de visas de estudiante internacionales. De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la universidad, parte de la Ivy League, creó un entorno inseguro al permitir que “agitadores antiestadounidenses y proterroristas” atacaran a estudiantes judíos en su campus. Sin presentar pruebas, el DHS también acusó a la universidad de tener conexiones con el Partido Comunista chino, insinuando que había albergado y capacitado a miembros de un grupo paramilitar chino el año pasado.
“Esto significa que Harvard no puede admitir más estudiantes extranjeros, y aquellos que ya están deben cambiar de universidad o arriesgar su estatus legal”, agregó la agencia en un comunicado.
“Es un privilegio, no un derecho, para las universidades incorporar a estudiantes extranjeros y beneficiarse de sus altas matrículas, que ayudan a complementar sus multimillonarios fondos”, enfatizó Noem en su carta.
La controversia se originó a partir de una solicitud del 16 de abril en la que Noem pedía a Harvard información sobre estudiantes internacionales que pudieran estar implicados en actividades violentas o protestas, lo que podría derivar en su deportación. En particular, la secretaria de Seguridad Nacional aseguró que la universidad no presentó registros relevantes al DHS sobre “conducta inapropiada y otros delitos que harían que los estudiantes extranjeros fueran inadmisibles o susceptibles de expulsión”.
Harvard, por su parte, calificó esta acción de ilegal y está trabajando rápidamente para guiar a los estudiantes. “Esta represalia amenaza con causar un daño serio a la comunidad de Harvard y a nuestro país, socavando la misión académica y de investigación de la universidad”, expresó en un comunicado. “Estamos comprometidos a mantener la facultad de Harvard para acoger a estudiantes y académicos internacionales de más de 140 países, que enriquecen a la universidad y al país”, agregó.