Actualmente, nos enfrentamos a una variedad de eventos a nivel mundial que son de gran importancia.
Según el informe de la jife de 2024, las organizaciones criminales han incrementado el uso de “sistemas de aeronaves teledirigidas” en los últimos ocho años para el tráfico de drogas, algo que era desconocido anteriormente.
El mismo informe señala que estos sistemas, conocidos también como vehículos aéreos no tripulados o drones, son utilizados directamente por grupos delictivos para llevar a cabo actividades ilegales.

El informe de la ONU indica que Colombia, Estados Unidos y México son algunos de los países donde los drones se utilizan para el tráfico de drogas. Las autoridades mexicanas alertaron por primera vez sobre el uso de drones por narcotraficantes en 2010.
Entre 2012 y 2014, las autoridades estadounidenses detectaron aproximadamente 150 sistemas de aeronaves teledirigidas que cruzaron la frontera con México.
En 2022, la oficina de aduanas reportó alrededor de 10,000 incursiones a través de corredores de tráfico, evidenciando la magnitud del problema.

El informe también revela que la producción ilegal de fentanilo en México se realiza con químicos no regulados a nivel internacional, lo que ha contribuido a un aumento en la oferta de opioides sintéticos en Norteamérica.
Esto ha llevado a un aumento en la demanda de este tipo de drogas en el mercado ilícito, creando un círculo vicioso que afecta tanto a México como a sus vecinos del norte.
La documentación existente resalta que esta situación no solo involucra a las grandes organizaciones, sino también pone en riesgo a muchas comunidades, que son impactadas por este tráfico.
El informe hace hincapié en que tanto los métodos de tráfico como los recursos utilizados en la producción de estos opioides son una de las mayores preocupaciones a nivel internacional.