En la Mira, por Héctor Estrada ·
La transformación de Ricardo Salinas Pliego, quien pasó de ser un aliado de López Obrador a crítico de la 4T, plantea la pregunta de cómo ocurrió este cambio en un lapso tan corto. Este personaje ha recorrido un camino de controversias fiscales a una oposición política conveniente en meses recientes.
No es un secreto que Salinas Pliego comenzó la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2018 como uno de sus principales seguidores y promotores. Apostando claramente por el proyecto de Obrador, utilizó sus medios de comunicación para proyectar una imagen positiva del tabasqueño.
“Somos amigos”, repetía Salinas cada vez que surgía el tema. Así comenzó la administración de Obrador, marcada por una amistad pública que culminó en la inclusión del dueño de Grupo Salinas en el Consejo Asesor Empresarial de la Presidencia de la República.
TV Azteca se convirtió rápidamente en uno de los medios más leales al nuevo gobierno, llenando su programación informativa de contenido favorable y defendiendo los grandes proyectos gubernamentales. Para algunos, este representó un auge para TV Azteca, superando la influencia de Televisa, lo que provocó críticas desde la oposición.
Las críticas sobre la amistad entre el presidente y Salinas Pliego no tardaron en manifestarse en los medios opositores, especialmente porque la conexión entre Salinas y los hermanos Salinas de Gortari dificultaba la desconexión de Obrador con el pasado priista. Durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari, Grupo Salinas adquirió la cadena estatal de televisión, financiado en parte por un préstamo del hermano del entonces presidente.
A pesar de los señalamientos sobre su relación complicada, el vínculo entre Salinas y Obrador persistedió, y aunque se redujeron considerablemente los convenios publicitarios en cumplimiento de promesas de campaña, sus empresas continuaron obteniendo contratos sustanciales. Desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, Salinas había incursionado en el sector petrolero con la creación de Typhoon Offshore, S.A.P.I. de C.V., aumentando considerablemente sus contratos bajo la administración Obradorista.
Sin embargo, la relación comenzó a desgastarse cuando comenzó a ser insostenible el compromiso de Obrador de ayudar a Salinas a saldar su deuda fiscal con el SAT, cuyo monto, tras recargos y multas, ascendía a 33,300 millones de pesos. En septiembre de 2024, Salinas acusó a López Obrador de incumplir un acuerdo para reducir su deuda a 7,600 millones de pesos, lo que inició una escalada de tensiones.
La situación se vio agravada por la decisión de Obrador de establecer Banco del Bienestar después de que Salinas se negó a expandir la cobertura de Banco Azteca para la distribución de programas sociales, lo que significó la pérdida de contratos y ganancias millonarias para Salinas. Frustrado, Salinas intentó convertir su litigio fiscal en un asunto político, buscando una nueva perspectiva que le permitiera proteger sus intereses económicos.
A pesar de la crisis de inseguridad en México, Salinas no mostró interés por la situación del país hasta que se fracturó su relación con Obrador. Con litigios abiertos tanto en México como en Estados Unidos, junto a vínculos polémicos con los hermanos Salinas de Gortari, Salinas Pliego encarna un tipo de oposición política que perjudica la viabilidad de una alternancia política en México. Su discurso refleja oportunismo y búsqueda de protección para sus intereses económicos más que un genuino interés por el bienestar mexicano.
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