Interpretación general sobre el T-MEC: La mayoría de los analistas en México ve la posible renovación del T-MEC o su transformación en un acuerdo bilateral con Estados Unidos en 2026 como un evento positivo para la economía nacional.
Vínculo económico con EE. UU.: Esta percepción se fundamenta en la creciente integración económica de México con los Estados Unidos, especialmente en el sector manufacturero. La correlación entre ambas economías ha crecido desde la firma del TLCAN, alcanzando en lo que va del siglo un promedio cercano a 0.8.
Impacto de la correlación en la producción: Dada la relevancia de la economía estadounidense, este vínculo ha dado lugar a una relación de causalidad: las variaciones en la producción manufacturera de EE. UU. impactan de manera similar en México, aunque hay otros factores que también influyen en esta dinámica.
Beneficios de la integración manufacturera: Ser parte de una de las regiones manufactureras más interconectadas del mundo ha traído importantes beneficios a México, como la modernización productiva, el fomento a la producción y la creación de empleo. Los altos niveles de ingreso y dinamismo económico en la región norte del país son un reflejo de esta conexión.
Desafíos derivados del estancamiento estadounidense: A pesar de esta estrecha relación, las limitaciones en la producción manufacturera de Estados Unidos pueden representar desafíos para México. Un riesgo notable es el virtual estancamiento de la manufactura estadounidense, observable en los últimos años.
Estancamiento y sus causas: Desde aproximadamente 2014, la producción manufacturera de EE. UU. ha mostrado solo incrementos temporales y, excluyendo una fuerte contracción durante la pandemia, se ha mantenido en un nivel promedio inferior al máximo alcanzado en 2007. Este cambio de tendencia ha llevado a diversos estudios para identificar los factores que lo explican, enfrentándose al reto de aislar los elementos en juego.
Perspectivas para la manufactura mexicana: La continua falta de avance en la manufactura estadounidense podría frenar la producción mexicana, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz, la electrónica y el equipo eléctrico. Desde finales de 2022, la producción manufacturera en México ha permanecido relativamente estancada, y el sector automotriz ha mostrado una tendencia negativa desde finales de 2023. México debe replantear su estrategia de integración global para pasar de ser un mero ensamblador a aprovechar oportunidades de innovación en un abanico más amplio de sectores.