El sábado 4 de octubre de 2025, a las 10 de la mañana, en Tijuana, específicamente en la zona conocida como Ojo de Agua, agentes de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) sustrajeron 180 kilos de cocaína. Las versiones iniciales indicaron que el “baje de droga” ocurrió alrededor de las seis de la tarde del viernes en la misma área.
Fuentes no oficiales han confirmado el ilícito por parte de autoridades de ambos lados de la frontera.
Según los primeros datos recabados, los dueños originales de la droga eran traficantes que intentaban mover el cargamento sin pagar a ningún cártel por el paso por territorio bajacaliforniano. Los policías corruptos que confiscaron las drogas tienen vínculos con el Cártel Arellano Félix (CAF).
Del lado del CAF, los involucrados incluirían a Crescencio Beltrán Murillo, alias el Chencho, junto a César Quintero Beltrán, alias el Lico, y su operador James Bryan Corona, conocido como El Apache.
La figura central de los policías mencionados por las autoridades sería Joel Héctor Manuel Valenzuela Bernal, cuñado del exgobernador Francisco Vega, apodado “Princeso”. Este agente, quien ascendió rápidamente en la FESC desde su ingreso en 2017, fue destituido de su puesto como director de Investigación a principios de agosto de 2025.
Informes de inteligencia sugieren que Valenzuela Bernal y su colaborador Mirko González habrían planeado el robo desde finales de agosto hasta finales de septiembre, cuando algunos agentes de la FESC afirmaron que los estaban intentando reclutar para un comando negro de policías dedicados al robo de drogas y dinero en colaboración con el CAF.
Fuentes indican que múltiples agentes participaron en la sustracción de la droga, usando vehículos de la FESC. Se destaca la implicación de una mujer alta al volante de uno de los autos Kia utilizados en el robo. señales de que los delincuentes, tras ser despojados, contactaron a El Apache para discutir cómo recuperar la cocaína.