Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lideró ayer en la Asamblea Nacional un evento en “defensa de la soberanía”, donde hizo un llamado a la unidad para resguardar la patria “sobre todas las cosas. No es momento de diferencias ni colores; ¡solo una bandera nos protege!”, afirmó. Durante este acto, el canciller de Rusia, Sergei Lavrov, manifestó a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, el apoyo político de Moscú a Caracas en sus esfuerzos por “defender la soberanía nacional y asegurar la estabilidad institucional” frente a la “creciente presión externa”.
El gobierno venezolano también rechazó categóricamente el “infame” comunicado emitido por el gobierno de Guyana, que apoya el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe. Esto demuestra su “condición de peón de oscuros intereses imperiales y de Exxon Mobil”, señaló el canciller, Yván Gil.
Maduro instó a la cohesión de diversos sectores políticos, sociales, económicos y académicos “ante las amenazas extranjeras”. Enfatizó que “nuestra riqueza es más que el oro, el petróleo y el gas; es espiritual, moral y ética”.
La vicepresidenta venezolana expresó su agradecimiento por el apoyo “incondicional” de Rusia “frente a la escalada de amenazas del gobierno de Estados Unidos” hacia el presidente venezolano, en una conversación telefónica con Lavrov.
En otro contexto, Caracas acusó a Georgetown de ser “un peón” de los intereses de Washington. Esto surgió tras la expresión de Guyana de su “profunda preocupación” por la amenaza que representan la delincuencia organizada transnacional y el narcoterrorismo, donde frecuentemente se involucran redes criminales como el cártel de los Soles de Venezuela, catalogado como organización terrorista por varios países de la región.
La declaración guyanesa, que publicó en redes sociales el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, fue emitida tres días después de que la Casa Blanca comunicara que el presidente Donald Trump está dispuesto a utilizar “todos los elementos del poder” para impedir que “las drogas inunden” Estados Unidos, y confirmara el despliegue de tres barcos con 4,000 soldados en aguas del Caribe.
Venezuela respondió que “esto es una provocación ridícula que oculta la verdad”. Guyana, según el comunicado, ha renunciado “a su soberanía por unas pocas monedas corruptas y se ha convertido en un gobierno arrodillado y sumiso, dispuesto a traicionar la dignidad de su propio pueblo”. El país también apuntó que la “maniobra estadounidense busca desestabilizar el Caribe y América Latina, apoyando su fallido intento de despojar a Venezuela de la Guayana Esequiba”, territorio en disputa entre ambas naciones por más de un siglo.
Estados Unidos, que invadió Panamá en 1989, ha tenido despliegues anteriores en el Caribe, pero esta vez coincide con un aumento de la recompensa ofrecida por “información para la captura” del mandatario venezolano, a quien acusan de vínculos con el narcotráfico. “Nosotros somos valientes, fuertes (…) y como hijos de Bolívar responderemos”, destacó Gloria Hernández, una jubilada de 70 años.