En torno a las 12:18 horas del martes 19 de mayo, Efraín Aguilar Orozco, jefe del grupo de homicidios en Rosarito, y Manuel Alejandro Montes Medina, agente estatal de investigación que lo acompañaba, fueron atacados a balazos en ese municipio. Las investigaciones se enfocan en dos posibles motivos:
1.- Venganza por la detención del ex comandante de la Policía de Rosarito, César Pedro Silva Ibáñez, arrestado el 26 de abril de este año por el asesinato de Dulce y Hugo “N”, cuyos cuerpos fueron hallados en el maletero de un vehículo en la carretera de cuota Rosarito-Tijuana el 18 de enero de 2024.
2.- Revancha de un grupo criminal que sospecha que el jefe policiaco estuvo implicado en un robo de 40 mil dólares, realizado por integrantes de la fiscalía encapuchados y a bordo de vehículos oficiales el 9 de mayo, cerca del puente Independencia, cerca del Palacio Municipal, el cual fue grabado y compartido en redes sociales el mismo día.
El ataque ocurrió en la llantera Arredondo, situada en la calle Artículo 27, que da acceso a la carretera de cuota hacia Tijuana, al norte del puente Machado, cerca del Centro de Gobierno y las oficinas de la Policía Municipal. Las grabaciones de las cámaras de vigilancia indican que “los agresores se colocaron en la parte trasera de la patrulla mientras los agentes salían de la llantera, les bloquearon la salida, y cuando los oficiales se bajaron, comenzaron a disparar”, relató un investigador.
“Creemos que el objetivo era el jefe del grupo de homicidios, sin embargo, no descartamos la posibilidad de que el otro agente también estuviera en la mira”, aclaró.
Aguilar recibió disparos en el abdomen, mientras que Montes sufrió una herida por esquirla en la cabeza; ambos lograron llegar por sus propios medios al Hospital General, a tres cuadras del lugar del ataque.
Los atacantes emplearon un vehículo Hyundai Sonata del 2015, sin placa, y una camioneta Cherokee blanca con “vidrios polarizados y placas estadounidenses”. Tras el tiroteo, la camioneta “saltó el camellón y se dirigió hacia Ensenada”. Minutos después, fue abandonada cerca de la Lechería Jersey, donde se hallaron dos armas que no coincidieron con otros crímenes, aunque había sangre en el interior, indicando que uno de los agresores podría haber sido herido.
En relación al robo de 40 mil dólares, un investigador indicó: “Los atacantes portaban equipo táctico, lo cual podría haber sido para engañar”, sugiriendo que podrían haber sido policías, y que el ataque fue resultado de un conflicto interno dentro de la Fiscalía Estatal (FGE). Este conflicto comenzó el 9 de mayo cuando agentes de investigación sustrajeron una cantidad considerable de dinero de un individuo que no se identificó ni presentó denuncia, mientras otros miembros comenzaron la pesquisa para dar con los responsables.
Tras 13 días, quienes eran propietarios del dinero, presuntamente identificados como criminales, siguen buscando a los responsables, emitiendo acusaciones a través de narcomantas con mensajes firmados por el Cártel Arellano. El 10 de mayo, señalaron al jefe de Homicidios en Tijuana, Edgar Said Nava Estrada, y el 20 de mayo acusaron a Hibael Suárez Osorio, comisionado de la Policía Ministerial; ninguno de los dos ha sido considerado sospechoso por la FGE, que ya ha identificado a tres presuntos implicados.