El 17 de junio, un sismo de 4.1 de magnitud sorprendió a los habitantes del estado de Baja California, teniendo su epicentro en San Felipe a las 7:10 horas.
El movimiento telúrico fue ubicado a 73 km al sureste de la ciudad, con una profundidad de 10 km, según datos iniciales del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
La localización exacta del sismo corresponde a las coordenadas 30.789 grados de latitud y -114.12 grados de longitud.
Hasta ahora, no se ha reportado daño alguno por parte de las autoridades. Se recomienda estar alerta a la información oficial ante posibles actualizaciones o acciones a seguir.
Cabe destacar que la información proporcionada por el SSN es de carácter preliminar, y esto significa que los detalles sobre el sismo pueden ser modificados más adelante por las autoridades.
Es fundamental resaltar que no es posible predecir los sismos. No existe tecnología actual que permita conocer el momento exacto de un movimiento telúrico, como enfatiza el SSN.
México se sitúa en un ámbito tectónico donde se registran cientos de sismos diariamente, la mayoría de los cuales son de baja magnitud, por lo que suelen ser imperceptibles.
A continuación, se presentan recomendaciones del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) sobre cómo actuar antes, durante y después de un sismo.
Previo al sismo, es crucial estar preparado. Algunas recomendaciones son: desarrollar un plan familiar de protección civil, participar en simulacros de evacuación, identificar zonas de seguridad y revisar las instalaciones de gas y luz, además de tener lista una mochila de emergencia.
Durante el sismo, es fundamental mantener la calma y refugiarse en una zona de seguridad, alejarse de objetos que puedan caer, y en caso de estar en un automóvil, estacionar lejos de edificios o árboles altos. Si estás en zona costera, es recomendable alejarse de la playa o ríos y dirigirse a terrenos altos.
Después del sismo, mantén la calma y sigue los pasos adecuados: verifica tu hogar, usa el teléfono solo en emergencias, evita encender fósforos o velas hasta asegurarte de que no haya fugas de gas, mantente informado y no propagues rumores. Es importante estar alerta ante posibles réplicas y recordar que actualmente no existe un método confiable para predecir sismos en términos de tiempo, localización o magnitud.
México enfrenta constantemente el riesgo de experimentar sismos de gran magnitud, como los sucedidos en 1985 y 2017, que provocaron severos daños en sus respectivas ocasiones. Aún así, estos no han sido los más potentes registrados en el país.
El terremoto más fuerte de la historia de México tuvo lugar el 28 de marzo de 1787, en Oaxaca, con una magnitud de 8.6, provocando un tsunami que llegó hasta 6 kilómetros tierra adentro.
Estudios del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) realizados en 2009 indican que grandes sismos de magnitudes iguales o superiores a 8.6 pueden ocurrir en el futuro, especialmente en las costas de México y Centroamérica, debido a la acumulación de energía en la Brecha de Guerrero.
Eventos sísmicos recientes traen a la memoria de los mexicanos los trágicos recuerdos de 1985 y 2017, cuando la Ciudad de México se paralizó ante las devastadoras consecuencias de cada uno.
El sismo del 19 de septiembre de 1985 ocurrió a las 7:19 horas con una magnitud de 8.2 en Guerrero, y 32 años después, se vivió otra tragedia similar en 2017 a las 13:14 horas, con epicentro en Puebla y Morelos, resultando en 369 muertes en el centro del país.
