El 9 de julio de 2025 podría significar un cambio importante en las exportaciones de Perú hacia Estados Unidos, ya que se implementará un arancel recíproco bajo la administración del presidente Donald Trump. Según el reporte “Blindando tus exportaciones: Perú economía resiliente”, elaborado por Renta 4 Sociedad Agente de Bolsa S.A., esta situación presenta retos considerables para ciertos sectores de la economía peruana. Sin embargo, el impacto global podría ser limitado debido a la baja dependencia del país del mercado estadounidense.
El presidente Trump ha utilizado aranceles como una estrategia de presión en sus negociaciones comerciales con diversos países, incluyendo aliados como Corea del Sur, Japón, la Unión Europea y China. Recientemente, se logró un acuerdo con China que reduce los aranceles al 55% para Pekín y al 10% para Washington, tal como fue confirmado por He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio chino. No obstante, Trump anunció que enviará cartas a otros países en un esfuerzo por imponer aranceles unilaterales en las próximas semanas, lo que mantiene en alerta a economías como la peruana.

El análisis indica que las exportaciones peruanas hacia Estados Unidos en 2024 representaron solo el 12,7% de los US$74.646 millones exportados globalmente, lo que representa una notable disminución respecto al 18,3% de 2013. En términos del Producto Bruto Interno (PBI), las exportaciones hacia Estados Unidos equivalen al 3%, una cifra marginal en comparación con naciones como México y Canadá, donde estas representan el 28% y 21% de sus respectivos PBI.
David Lizama, jefe de Análisis y Estrategia de Renta 4, indicó a Infobae Perú que “el arancel del 10% no tendrá un gran impacto en Perú”, enfatizando que los efectos serían limitados gracias a la diversificación de los mercados de exportación del país, especialmente hacia China, que en 2024 absorbió el 33,8% de las exportaciones peruanas.

El informe señala que, en un escenario base, el arancel del 10% podría provocar una disminución del 8% en las exportaciones peruanas hacia Estados Unidos, lo que se traduce en una pérdida estimada de US$760 millones. Este cálculo se basa en una elasticidad-precio de la demanda de -0,8, lo que implica que no se perdería todo el comercio, ya que algunas empresas podrían ajustar precios para mantener su competitividad. Además, ciertos productos peruanos, especialmente agrícolas, podrían experimentar menos impacto si se exportan en épocas de baja oferta global.
Los sectores más afectados por el arancel incluyen prendas de vestir y textiles, que dependen en un 51% del mercado estadounidense, seguidos por la minería no metálica (40%) y agroindustrias (36%). En términos absolutos, las agroindustrias son las que más exportan a Estados Unidos, alcanzando US$4.024 millones en 2024, mientras que la minería tradicional y las prendas de vestir lograron US$2.108 millones y US$862 millones, respectivamente. Dentro del sector agroindustrial, las frutas son el rubro principal, con US$2.580 millones, donde destacan los arándanos (48% del total de frutas exportadas) y las uvas (33%).

El efecto del arancel también podría variar según las políticas comerciales de Estados Unidos hacia otros países. Por ejemplo, si se imponen aranceles más altos a competidores como China, los productos peruanos podrían volverse más competitivos en el mercado estadounidense. Lizama comentó que en casos como el ajo, donde Perú ha perdido cuota de mercado frente a China debido a precios subvencionados, un arancel elevado sobre los productos chinos podría reactivar las exportaciones peruanas a Estados Unidos.
Así, el informe concluye que el impacto de los aranceles en el crecimiento económico de Perú sería limitado. En 2024, el país experimentó una recuperación sostenida del consumo e inversión privada, lo que condujo a un mayor dinamismo del PBI en el cuarto trimestre. Además, el sol peruano mostró un desempeño sólido, respaldado por altos precios del cobre y el oro, así como un superávit comercial. Se anticipa que el tipo de cambio finalice 2025 entre 3,70 y 3,80 soles por dólar; no obstante, la incertidumbre electoral podría generar volatilidad en 2026.
Respecto al mercado internacional, el cobre, uno de los principales productos de exportación de Perú, se enfrenta a un año de volatilidad en 2025, con precios proyectados en US$9.383 por tonelada al cierre del año. Sin embargo, se espera una recuperación estructural a partir de 2026, impulsada por la transición energética, el aumento de la demanda de vehículos eléctricos y el desarrollo de centros de datos enfocados en inteligencia artificial. China, como principal socio comercial de Perú, continuará demandando cobre para proyectos de infraestructura y expansión urbana.