En Guanajuato, 137 mil 116 familias dependen de las remesas que envían los migrantes desde Estados Unidos. La disminución en el envío de estos fondos y la posibilidad de un impuesto por parte del gobierno de Donald Trump afectarán gravemente la economía local, lo que podría resultar en una disminución del consumo.
Para 2024, el total de remesas que fluyeron hacia México alcanzó aproximadamente 64 mil millones de dólares, de los cuales el 40% fue recibido por entidades de Michoacán, Jalisco, Estado de México y Guanajuato.
Ese año, Guanajuato recibió 5 mil 645 millones de dólares en remesas. Esto significa que uno de cada 11 hogares en el estado depende de estas divisas, un 8.7% de la población.
Según datos del Banco de México (Banxico), en abril del pasado año, el flujo de remesas fue de 4 mil 761 millones de dólares, una caída en comparación con los 5 mil 141 millones del mes previo.
Los datos de abril de 2025 reflejaron una disminución anual del 12.1% y un descenso mensual del 6.1%, de acuerdo con Banxico.
Si se aplica un impuesto del 3.5% al envío de remesas, como sugiere el gobierno estadounidense, el impacto en las familias guanajuatenses será severo.
Alejandro Mosiño Jasso, director del Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad de Guanajuato (UG), menciona que el efecto podría ser profundo. Los municipios con mayor recepción de remesas incluyen León, Celaya, Irapuato, Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz, donde hay comunidades que dependen totalmente de estos envíos.
El promedio mensual que recibe cada familia es de 385 dólares a nivel nacional. De aprobarse el impuesto, esta cifra podría reducirse a 371.5 dólares, lo que equivaldría a una pérdida anual de 161.7 dólares por hogar. Para familias de bajos recursos, esta reducción representa una suma considerable y podría afectar el consumo básico.
La imposición de un impuesto a las remesas generaría múltiples repercusiones económicas, afectando no solo a las familias, sino a todo el entorno comercial. Menos gastos en los hogares impactarían en la economía local, desde carniceros hasta tiendas de abarrotes, con una eventual contracción de alrededor de 0.05 puntos porcentuales en el PIB.
El doctor en Economía subraya que las remesas constituyen una fuente primordial de ingreso en México, incluso superando al turismo. Un descenso en este flujo tendría serias implicaciones, afectando tanto a las familias en México como a los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, lo que se traduce en un sacrificio mayor.
Mosiño Jasso considera que el impuesto sobre envíos de dólares podría ser injusto y violar derechos humanos, ya que representaría una doble tributación para trabajadores no estadounidenses. La Cámara de Senadores de Estados Unidos también ve el gravamen como punitivo hacia los hispanos, ante la presión de bancos y empresas de remesas como Western Union.
El debate sobre este impuesto sigue vigente en el Senado estadounidense, ya que se argumenta que los trabajadores ya contribuyen con impuestos en dicho país. El enviar ingresos a sus familias en México y enfrentar nuevamente una tributación es considerado una injusticia para los migrantes.