Las facciones del Cártel de Sinaloa presentes en Mexicali y San Felipe siguen generando un ambiente de violencia en ambos municipios, que antiguamente constituían una sola entidad. En octubre, se cumplirán seis años desde que comenzó la división entre las facciones de La Chapiza y La Mayiza, una confrontación que se extiende por diversas zonas del país y que, tras el célebre “Culiacanazo” de octubre de 2019, fue trasladada a Baja California.
La facción de La Mayiza, liderada por Jesús Alexander Sánchez Félix, está en conflicto abierto con La Chapiza de Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar. Los primeros mantienen un control casi total en Mexicali, mientras que los segundos han formado alianzas con grupos locales y utilizan San Felipe como un punto clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, luchando por el dominio mutuo.
Los recientes homicidios en ambos municipios se relacionan con la lucha entre estas facciones y el intento de invadir territorios rivales. Esto ha llevado a serias sospechas de colusión entre las autoridades policiales y evidencia de incapacidad para manejar la crisis de violencia. La situación ha escalado al punto de que el director de la Policía Municipal de San Felipe fue destituido, y se desmontó toda la estructura operativa de la Agencia Estatal de Investigación, reemplazando a su personal.
En los primeros cinco meses de 2025, San Felipe registró 18 asesinatos, cifra que iguala la total del año anterior. Desde la llegada de José Luis Dagnino como alcalde en 2022, los homicidios han ido en aumento cada año. En Mexicali, entre enero y abril de este año se documentaron 59 homicidios, similar a los 60 del año anterior, y superior a los 57 de 2023, destacando que 2022 fue el año más violento desde que Marina del Pilar Ávila Olmeda asumió la gobernatura.
La violencia en San Felipe está estrechamente vinculada a la rivalidad entre grupos delictivos. Con una población aproximada de 24,000 habitantes y una escasa fuerza policial, el municipio se enfrenta a un auge de la delincuencia organizada. Un caso reciente involucró el hallazgo de tres cadáveres con signos de tortura, lo que evidencia la brutalidad del crimen en la zona.
La presencia de grupos criminales ha generado un clima de inseguridad que ha llevado a la destitución de su director de Policía Municipal, siendo este un intento por mejorar la respuesta a la violencia. Se han realizado cambios significativos en la estructura de la Agencia Estatal de Investigación debido a la sospecha de posibles vínculos con el crimen organizado.
A medida que la violencia se intensifica, la lucha entre las facciones también se hace más compleja en Mexicali. Recientemente, se encontró una manta en un fraccionamiento que advertía sobre la llegada de nuevos dueños en la zona, lo que sugiere que la batalla por el control del territorio sigue vigente. La identificación de personajes claves en la estructura de Los Rusos y La Chapiza resalta la complicada dinámica que impera en esta región, así como la creciente violencia entre estas facciones.
