BASE NAVAL DE NORFOLK – La Base Naval de Norfolk (EE.UU.), 29 may (EFE) – En el puerto, la actividad es incesante para preparar el portaaviones USS George H. W. Bush. La escena es comparable a la de una ciudad llena de vida, donde un continuo ir y venir de soldados con overoles azules se mezcla con el sonido de los helicópteros aterrizando a corta distancia, y las máquinas que recargan palés de latas de refrescos y otros suministros para esta fortaleza flotante.
El USS George H. W. Bush, conocido como CVN-77, navega siempre acompañado por un grupo de ataque que incluye varios destructores y fragatas avanzadas. Es uno de los portaaviones estadounidenses destacados en la base naval de Norfolk, la más grande del mundo y sede de la OTAN en el continente.
Este portentoso buque, que mide más de 300 metros, equivale a tres campos de fútbol o a la Torre Eiffel en posición horizontal. Su cubierta puede albergar alrededor de cincuenta aviones y es capaz de llevar a cabo múltiples despegues simultáneamente cuando se encuentra en el mar Mediterráneo, el mar Rojo o el Golfo Pérsico, que son sus áreas de operación habituales.
Además, este portaaviones ha estado involucrado en campañas estadounidenses contra el Estado Islámico y en la respuesta a los atentados terroristas del 11 de septiembre.
Las catapultas que lanzan los cazas y los motores que desarrollan 260,000 caballos de fuerza funcionan mediante energía nuclear, lo que otorga al buque una notable autonomía y lo mantiene siempre listo para enfrentar cualquier misión, según confirman miembros de la tripulación a EFE.
”Cuando zarpa, parece una ciudad flotante”, afirma Stan Zaneski, uno de los 5,000 marineros a bordo del Bush, que esperan con ansias su próxima tarea. En la base, la Armada mantiene una gran concentración de fuerzas: 75 barcos distribuidos en 14 muelles y 134 aeronaves en 11 hangares.
A pesar de que EE.UU. puede jactarse de tener la base naval más extensa del mundo, China ha superado al país en términos de producción de buques. Esto es motivo de preocupación para el presidente, Donald Trump, quien busca revertir esta situación. En abril, firmó una orden ejecutiva para “recuperar el dominio marítimo”, planteando que EE.UU. solo produce el 0.2 % de los buques a nivel mundial, mientras que China produce el 74 %.
El Pentágono ha identificado el impulso a la construcción naval como una prioridad, con el secretario de la Armada, John Phelan, afirmando que “reconstruir nuestra base industrial marítima arruinada es un imperativo de seguridad nacional”. Miles de soldados residen en un entorno industrial, preparados para servir a la Armada estadounidense, que este año conmemora su 250 aniversario.