México se convierte en el primer país en el mundo que elige a todos sus jueces mediante voto popular. Esta “hazaña”, promovida por líderes de Morena, presenta un trasfondo problemático. No hay garantías de que el resultado logre el objetivo del gobierno actual: establecer un Poder Judicial sin corrupción, nepotismo ni pactos criminales. Antes de finalizar su mandato, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena, llevó a cabo una campaña intensa para convencer a la población sobre la necesidad de destituir a los jueces y reemplazarlos con los elegidos en las urnas. En el último año, y tras enfrentar una fuerte oposición de los funcionarios judiciales, Morena logró aprobar una reforma constitucional que sentará las bases de una nueva Judicatura en México, un hecho sin precedentes en la historia republicana. Esta reforma implica una transformación radical de uno de los tres poderes de la Unión, que ahora estará sujeto a la lógica de elecciones directas.

Un Contexto Crítico

Many Mexicans, incluso en la oposición, coinciden con López Obrador en que hay serios problemas en el Poder Judicial. Una encuesta del INEGI indica que los ciudadanos consideran a los jueces como los funcionarios más corruptos, solo detrás de los policías de tránsito. Adicionalmente, el 99% de los delitos queda sin castigo, según la organización Impunidad Cero. A pesar de que el diagnóstico es razonable, las posturas divergen en cuanto a la solución propuesta por el expresidente. Los morenistas celebran la reforma como un triunfo ciudadano, mientras que críticos y opositores advierten que el partido controlará el sistema judicial y que la falta de contrapesos incrementa el riesgo de abusos.

El Desafío de la Participación Ciudadana

Los analistas discuten el impacto que puede tener esta elección, donde los mexicanos votarán por aproximadamente 900 cargos judiciales federales. Uno de los puntos clave es la participación ciudadana, que podría interpretarse como un referéndum del partido que está en el Gobierno. Ningún líder de Morena se atreve a definir un porcentaje de participación esperado, aunque se menciona una meta no oficial del 20%, lo que equivaldría a alrededor de 20 millones de votos. La mandataria Claudia Sheinbaum considera que un 5% o 10% sería exitoso, aunque un líder morenista admite que menos del 10% significaría un fracaso.

La Reacción del Gobierno y la Preparativa para la Votación

El reto para Morena es significativo, ya que aunque muchos mexicanos creen que una reforma judicial es necesaria, menos afirmaron que planean votar. Ante la posibilidad de una baja participación, el oficialismo ha iniciado esfuerzos para movilizar el voto, incluyendo la contratación de operativos políticos y la distribución de guías para los votantes. El INE ha calificado estos métodos como una “vergüenza para la democracia”. Morena busca lograr una alta votación para demostrar que la reforma judicial es un requerimiento popular y no solo una instrucción de López Obrador.

Retos de Credibilidad y Liderazgo

Lorenzo Córdova, anterior presidente del INE, cuestiona la afirmación de Sheinbaum de que los votantes en las elecciones presidenciales también apoyaron la reforma. Detalla que cualquier participación por debajo del 35% sería una derrota política, lo que evidenciaría que la narrativa de la legitimidad de la reforma es falsa. Por otro lado, Federico Döring, del PAN, subraya que la presidenta enfrenta el desafío de movilizar a las bases ante la falta de López Obrador, conocido por su capacidad de atraer votantes.

El Problema Nacional

La oposición y algunos morenistas coinciden en que el tema trasciende al partido y se convierte en un problema nacional. En juego está el modelo republicano de división y equilibrio de poderes. Los críticos advierten del riesgo de que el Poder Judicial se vea debilitado y subordinado al Ejecutivo y Legislativo, lo que significaría un retroceso en la separación de poderes en el país. “Morena está destruyendo la democracia como la conocemos”, afirma Humberto Moreira, líder de los diputados del PRI.

Expectativas y Responsabilidades

Con la reforma aprobada y en marcha, algunos miembros de Morena matizan su responsabilidad en caso de que la nueva Judicatura sea un fracaso, especialmente si surgen candidatos con antecedentes criminales. Monreal indica que no hay forma de garantizar una purificación total. Cravioto enfatiza que es responsabilidad de los ciudadanos informarse bien para seleccionar a los más idóneos. “La democracia es perfectible, pero también puede deteriorarse”, concluye.

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